La historia de Tim Ballard, un ex agente del gobierno de EE. UU., que deja su trabajo para dedicar su vida a rescatar a niños de los traficantes sexuales mundiales.
Pixels cuenta como unos extraterrestres malinterpretan las imágenes de las máquinas recreativas como una declaración de guerra y deciden atacar la tierra, empleando dichos juegos como modelos para el asalto. El presidente de EEUU, Will Cooper (Kevin James), recurre entonces a su gran amigo de la infancia y campeón de las maquinitas de los años 80, Sam Brenner (Adam Sandler), quien actualmente trabaja como instalador de sistemas de home cinema, para encabezar un equipo de expertos jugadores de su época (Dinklage y Gad) cuya misión será derrotar a los extraterrestres y salvar al planeta. Monaghan interpreta al experto en armas del equipo. PixelesCritica:El hecho de que te sepas de “pe a pa” lo que va a suceder en una película del estilo de ‘Pixels’ no debería ser un inconveniente para disfrutar de una entretenida película de verano que no tiene una mayor pretensión que la de generar risas en la sala de cine. Pero lamentablemente, como viene sucediendo con muchas de las películas de Sandler en los últimos años, el planteamiento es mucho más original y divertido que lo que ofrece la película. Y él, vuelve a ser un gran obstáculo para que todo funcione. PixelesDebo explicarme mejor: creo que el principal problema de ‘Pixels’ es Adam Sandler, a mis ojos un tanto quemado. ‘Pixels’ va sucediendo ante nuestros ojos con el humor característico sus películas cuando es un tipo que ha ido perdiendo gracia a raudales. Sandler está tan pasivo que cualquiera hubiera podido hacer mejor su papel. Al centrarse la acción en él, genera una sensación de cansancio, de hastío ante su parte inicial. Lo que conlleva a que ‘Pixels’ tarde demasiado tiempo, casi una eternidad, en entrar en materia. PixelesLa película decide ponerte en precedentes, tomarse su tiempo, para que sepas minuto por minuto lo que va a suceder a continuación, quitando cualquier atisbo de sorpresa y dificultando el paso de los chistes. Para cuando llega la acción, casi una hora de película, el grado de interés con el que haya llegado el espectador juega un papel importante. La película apela a tu nostalgia, a aquellos maravillosos años 80-90 y sus míticos videojuegos. Apela a tu lado friki. PixelesA partir de ahí no es que la película sea una maravilla pero por lo menos es más dinámica, con otra velocidad y con los efectos especiales que llevábamos esperando (no en vano, es lo que la gente va a ver cuando se mete al cine a verla). Es donde ‘Pixels’ funciona. Pixels
Cuando Jesper se distingue como el peor estudiante de la Academia Postal, es enviado a Smeerensburg, un pequeño pueblo situado en una isla helada cercana al Círculo Polar Ártico, donde los gruñones habitantes apenas intercambian palabras… y mucho menos cartas. Jesper está a punto de rendirse y abandonar sus deberes como cartero cuando conoce a la profesora local, Alva, y a Klaus, un misterioso carpintero que vive solo en una cabaña llena de juguetes hechos a mano.
Rekall es una empresa que puede convertir los sueños en recuerdos reales, haciendo que la frontera entre realidad y memoria se difumine. Para Douglas Quaid (Colin Farrell) la idea de hacer un viaje mental que le proporcione recuerdos de una vida como superespía puede ser la solución perfecta para contrarrestar su frustrante vida. Lo malo es que el proceso sale mal, y Quaid se convierte en un hombre perseguido por los agentes de un estado totalitario. En su huida, se asocia con una combatiente rebelde (Jessica Biel) con el fin de encontrar al cabecilla de la resistencia clandestina (Bill Nighy). Mientras el destino del mundo pende de un hilo, Quaid descubre su verdadera identidad y su verdadero destino. Se inspira en el cuento "Podemos recordar por usted al por mayor" de Philip K. Dick. Total Recall El vengador del futuroCritica:¿Se imaginan un remake de “E.T., el extraterrestre” sin alienígena y ni un mísero «teléfono, mi casa»? ¿Vería alguien un remake de “Regreso al futuro” sin Delorean? Los responsables de este remake de “Desafío total” se han pasado el planeta rojo por la bandera de Japón que forma el interior del orificio de su culo. Pero, inconsecuentemente (y por marketing), no la titularon con su verdadero nombre: “Desafío rectal”. El remake de Len Wiseman es todo un ‘desafío rectal’ para los espectadores, que podrán comprobar horrorizados lo mismo que pasó en la reciente y también intolerable revisión de “Perros de paja”: a los pezones ya no los dejan ni respirar. Ni siquiera aunque sean tres tetas de látex. ¡Nada! ¡El cine comercial actual norteamericano no quiere pezones femeninos! Al parecer y en su lugar la tendencia es… la estupidez. El vengador del futuroEl cambio que se convierte en clara metáfora de este remake es una gota de sudor por una lágrima. Antes, los clásicos populares se ganaban su condición a base de trabajo y secreción, pero ahora se llora por tiempos pasados y el sufrimiento de la profanación de esos pilares. Wiseman únicamente tiene vultuosidad de pose estética (y estática), pura aparatosidad narrativa. Aquí ha pasado por la piedra a Philip K. Dick bajo el precepto y casquillos (y chascarrillos) de “Underworld”. Los efectos visuales no son de uso narrativo sino simplemente estético y de apabullante formalidad para seducir al espectador y justificar su abultado presupuesto. El Douglas Quaid / Hauser que propone Colin Farrell incurre en la parodia: no le han explicado, al parecer, en las escuelas de interpretación que hay una ‘sutil’ diferencia entre querer interpretar a una persona que descubre ser otra y queda obviamente sorprendido… y ser Forrest Gump. El vengador del futuro
Ambientada en Los Ángeles durante los años 70. El detective Holland March y el matón a sueldo Jackson Healy se ven obligados a colaborar para resolver varios casos: la desaparición de una joven, la muerte de una estrella porno y una conspiración criminal que llega hasta las altas esferas. The Nice Guys Dos tiposCritica:Dos detectives, el de lo del bar y el que tiene prisa, unen sus fuerzas para encontrar a una estrella porno. Sí, nos suenan esos casos típicos de detectives privados baratos. Bien. Ritmo irregular, diálogos poco precisos, cómica en varios aspectos y trama a trompicones, aún así: Bien ¿Por qué? Porque la película tiene un encanto especial, un encanto a base de sumergirte delicadamente en unos auténticos aires setenteros. O al menos, muy acertados. Y luego están ellos. Dos tiposRussell Crowe, todo fondón, se desenvuelve estupendamente y consigue sostener un peculiar detective, casi sin historia, que puede que se quede un poco en el aire a la hora de exponer sus razones para formar sociedad con Ryan Gosling, pero debemos entender que los términos de la investigación están por debajo del poder contemplar a ambos actores en dos papeles peculiares y lejos de sus ámbitos normales. Y están fenómenos.Como en los 70: el vestuario logrado, los coches ideales, música Disco de la época de los magnetofones a lo Ritchie Family, matones horteras con esas gafas de sol de pasta gruesa que tanto se usaban entonces, les habrá costado encontrarlas, y ¡cómo no! una mujer negra a lo Blaxploitation, con el pelo cardado formando redondel y todo trasladado con mimo y coherencia a la pantalla. Dos tipos
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