Bernadette Fox (Cate Blanchett) es una mujer de Seattle que lo tiene todo: un marido que la adora y una hija brillante. Cuando desaparece sin dejar rastro de forma inesperada, su familia se embarca en una aventura emocionante para resolver el misterio de dónde puede haber ido Bernadette. Adaptación del libro homónimo de Maria Semple. Dónde estás, BernadetteCriticaPara caracterizar la vida moderna en los países prósperos, aunque sólo se pretenda realizar un somero análisis social, hay que acudir al psicoanálisis. Nunca las consultas de los profesionales del estado mental han estado tan saturadas. Personas de todo pelaje y condición ven en la terapia (o la medicación antidepresiva) una salida para soportar las exigencias, reales o inventadas, del tiempo que nos ha tocado vivir. Richard Linklater, adaptando una novela de Maria Semple, presenta en ‘¿Dónde estás, Bernadette?’, uno de esos casos en que el cerebro humano muestra su lado indescifrable, indómito, y lo que es peor, esa parte de imprevisivilidad tan incómoda.El problema radica en que Linklater lo ejecuta a través de una mujer, a la que da vida Cate Blanchett, cuyo tormento interior, sus dudas, sus agobios, que nutren una galopante fobia social, surgen de la nimiedad. No logra trascender en ningún momento. Ayuda poco una interpretación histriónica, una sobreactuación en toda regla con la que Blanchett logra ponerme de los nervios.Esta mujer parece tenerlo todo. Una hija brillante, fruto de un matrimonio que no ha perdido el amor por el paso de los años, a lo que se añade una desahogada situación económica. Conforme ‘¿Dónde estás, Bernadette?’, va poniendo pistas sobre las causas de su extraviado juicio, más hilarante me resulta el planteamiento. La maternidad, el miedo al fracaso, una vocación largo tiempo abandonada y un entorno que siempre contempla desde la lejanía, desfilan en un despropósito narrativo.Si como comedia es tan ligera, que apenas si parece una comedia, como melodrama invita a la risa involuntaria. Cuando la protagonista desaparece, hija y cónyuge emprenden una búsqueda tan grotesca como el resto de la película. A lo que secunda un desenlace más propio de cuento navideño. Y no al resultado de una reflexión profunda sobre lo enigmático de nuestro pensamiento. Dónde estás, Bernadette
Cuatro alumnas en su último año de secundaria roban la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y escapan a la playa para memorizar las respuestas. Sin embargo, el verano, la fiesta y los hombres las desvían de su plan perfecto perdiendo la única copia a días de rendir el examen. Ahora las cuatro deberán poner su amistad a prueba si quieren recuperarla y convertirse en puntaje nacional.
Juno Macguff tiene 16 años y es, según los adultos que la rodean, más inteligente de lo que le conviene. Y sí, es cierto, es ingeniosa, culta, rápida en las respuestas, observadora y, sobre todo, sarcástica. Ese sarcasmo es su particular trinchera para esconder sus miedos y las dudas. La relación que mantiene con un compañero de clase, Bleeker, acaba de dejar fruto: está embarazada. A él le interesa poco el asunto, o más bien nada. Juno está sola con su problema pero ya ha tomado una decisión: tendrá el niño y lo dará en adopción. Su padre y su madrastra están de acuerdo. Ahora hay que encontrar padres adoptivos adecuados. Son Mark y Vanessa, y son ideales. Sólo que Mark comparte demasiado con Juno, demasiadas aficiones comunes y un entendimiento a primera vista...
Spin off de la serie ‘La casa de las flores’ en formato película. Los hermanos De la Mora elaboran un ingenioso plan para irrumpir en su antigua casa familiar y recuperar un importante tesoro escondido.....La casa de las flores: la películaCritica: camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....La casa de las flores: la película
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