Rob “Fish” Fishman es el baterista en la banda de hair metal de los 80 “Vesuvius”. Cuando el grupo firma un contrato con una gran discográfica, lo despiden sin contemplaciones. Tras mantenerse 20 años apartado del mundillo de la música, recibe una segunda oportunidad con la banda de su sobrino.
En la tercera entrega de la franquicia Scary Movie, la presentadora de noticias Cindy Campbell tiene que investigar misteriosos círculos de cultivos y matar cintas de video, y ayudar al presidente a detener una invasión alienígena en el proceso.
La vida de Tracy (Lola Kirke), una joven solitaria y muy poco popular estudiante de primer año sufre un completo cambio cuando aparece en escena la impetuosa y aventurera Brooke (Greta Gerwig), una treintañera que se va a convertir en su hermanastra, pues la madre de Tracy está a punto de casarse con el padre de Brooke. Mistress AmericaCritica:No acabo de entender – ni de compartir – el aprecio que cierto público y algunos críticos sienten por las películas de Noah Baumbach, como si fuera el paradigma de la nueva comedia sofisticada yanqui. Casi siempre me parece que sus intenciones son mejores que sus resultados, prometiendo mucho pero ofreciendo resultados discretos (aunque interesantes), acertando en el colorido y en los personajes pero desperdiciando posibilidades o quedándose por debajo de las expectativas que genera. Adolece de un exceso de indulgencia, como si la innegable simpatía que propagan sus personajes le excusara de trabajar más los guiones o le dispensara de elaborar tramas más arriesgadas que trascendieran el mero afán voluntarioso que pone en sus proyectos. Mistress AmericaAquí estamos ante un enredo agradable, cómodo, bien dialogado e interpretado, que despierta la sonrisa cómplice sin demasiada dificultad, pero se queda en eso, en una pantomima artificiosa y edulcorada, carente de conflictos reales ni de meollos trascendentes, mero ejercicio embaucador al que no le sobran ideas ni situaciones ingeniosas pero al que le falta mordiente, veracidad y vida. Todo resulta grato, risueño, deleitoso y juguetón pero se echa en falta algo menos de artificio y trivialidad. Vamos, demasiado ruido para tan pocas nueces. No es que una comedia tenga que ser enjundiosa por norma, pero al menos cabría exigirle algo más que ser un ingenuo pasatiempo insustancial.Por ello, si atendemos a lo que hay, no contiene demasiado que objetar. Los actores resultan convincentes y seductores, las situaciones ofrecen oportunidades de lucimiento y sonrisas, el tono es amable y ameno, el metraje fluye elegante, cálido y con gracejo. Pero se queda en eso, en una verborrea chispeante pero superficial, en un exceso de labia carente de alma, más atenta por resultar brillante o en poder ser citada y repetida, que en desvelar dobleces de los personajes o en revelar intimidades insondables o imprevistas. Hay demasiadas palabras y demasiado poco fundamento. Tan fácil de consumir como sencillo e inmediato de olvidar.En definitiva, simpática, asequible e intrascendente, voluble y predecible, frívola y hueca. A ratos centelleante, a ratos anodina, a ratos cómplice, a ratos vana, a ratos entretenida, a ratos plana y repetitiva. Dicen que es una aguda radiografía de los neoyorquinos que pueblan dicha urbe, pero me daría pena que así fuera, porque la simpleza (que es patrimonio de todos) necesita de algún aderezo adicional para hacerla sugestiva. Y aquí falta adobo o sobra insignificancia. Un producto de consumo inmediato de la cocina rápida. Mistress America
Hubert es un inspector de policía con unos métodos un poco ortodoxos, pero con un tierno corazón, al que obligatoriamente le darán unas vacaciones forzadas. Dos días después recibe la llamada de un abogado desde Tokyo, informándole que la mujer de su vida, que había desaparecido hacía 20 años, había muerto. Y lo que le había dejado, no era ni dinero, ni presentes, ni nada material; le había dejado a su propia hija, Yumi, una extravagante adolescente, adicta a ir de compras, y con doscientos millones de dólares en su cuenta. Hubert decide viajar a Tokyo, nueve años después de su última visita, y descubre que la muerte de Miko, no ha sido casualidad...
Año 1970. El certamen de Miss Mundo se celebra en Londres presentado por Bob Hope, leyenda de la comedia estadounidense. En ese momento Miss Mundo es el programa de televisión más visto en el planeta, con más de 100 millones de espectadores. En pleno directo el recién creado Movimiento de Liberación de Mujeres invade el escenario e interrumpe la retransmisión afirmando que los concursos de belleza degradan a las mujeres. Así, de la noche a la mañana, el Movimiento se hace famoso... Al reanudarse el programa, la elección de la ganadora provoca un nuevo gran revuelo: no es la favorita sueca, sino Miss Grenada, la primera mujer negra en ser coronada Miss Mundo. En cuestión de horas, una audiencia global fue testigo de la expulsión del patriarcado del escenario y del nacimiento del nuevo ideal de belleza occidental....Rompiendo las normasCritica: Misbehaviour (Rompiendo las normas) trata de 50 mujeres que intentan cumplir su sueño en el festival Miss World de 1970, entre las que se encuentran dos mujeres negras (las primeras de la historia en participar), Jennifer Hosten (Gugu Mbatha-Raw) y Pearl Jansen (Loreece Harrison). La primera de Granada, la segunda de África del Sur (Que no Sudafrica, puesto que enviaron a una chica blanca y a otra negra).Pero claro, hablando de los años 70, la película trata del feminismo radical, del apartheid, del racismo y toca muchísimos temas que no se pueden abarcar en tan poco espacio de tiempo. Este es un error de la película, ya que van saltando de un lado a otro sin centrarse en un tema concreto y hace que sea difícil empatizar con alguna de las protagonistas.En la película incluso se llega a tocar la parte de cómo a última hora entró un nuevo juez de Granada en concurso, y muchos tildaron esta decisión, junto con la victoria de la concursante de Granada como un "tongo", e incluso hubo protestas y manifestaciones gritando Sweden, Sweden.Toda la parte del apartheid y del racismo, la verdad es que me ha gustado bastante, pero luego está el tema del feminismo radical, en el que unas mujeres intentan boicotear el concurso y dañar los sueños de las concursantes. Aquí la película es benevolente con ellas, la realidad es bastante diferente y no es contada en la película.... Rompiendo las normas
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