Sigue a Julian, un exitoso diseñador de videojuegos torturado por un oscuro secreto. Cuando Diana aparezca en su vida, Julian comenzará a ver una oportunidad de ser feliz. Según Vermut, “Mantícora” habita en el mismo universo de terror cotidiano que el resto de sus películas hasta la fecha. “'Mantícora' habla de un verdadero monstruo, ese que vive entre nosotros, algo con lo que te puedes topar en el metro o en la cola de la panadería. Habla de la necesidad de un monstruo de amar y ser amado ". Vermut explicó y agregó: "Es una historia sobre el amor y los monstruos en los tiempos modernos".
Situada en la ciudad portuaria inglesa de Dover. Mary Hussain se encuentra repentinamente viuda tras la inesperada muerte de su marido. Un día después del entierro, descubre que él tenía un secreto a solo veintiún millas al otro lado del Canal de la Mancha, en Calais.
¿Cuántos superpoderes debe tener una pareja para soportar el paso del tiempo y amarse de por vida?...Una historia de amor italianaCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Una historia de amor italiana
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