Un amanecer lívido, sopla un viento frío y húmedo mientras un hombre camina solo en la oscuridad. El superintendente adjunto de policía, Francesco Prencipe, se encuentra de camino para encontrarse con su mejor amigo, el juez Giovanni Mastropaolo, a quien no ha visto en casi dos años. Los hombres conducen durante dos horas e intercambian unas pocas palabras. Más tarde esa mañana, el juez es encontrado muerto, con una sola herida de bala en la cabeza. Francesco es la última persona que lo vio y sus huellas dactilares son las únicas que se encuentran en la casa. ¿Pero es él el asesino?
Después de ser derrotado por Goku, Broly logra escapar en una capsula hacia la tierra. Goten, Trunks y Videl se encuentran en una aventura recolectando las esferas del dragón llegando a una aldea que estaba siendo amenazada por un monstruo, deciden ayudarlos con la condición que le den la esfera que poseían, en el transcurso Goten se pone a llorar porque no le dan un poco de comida haciendo que su lloriqueo despierte a un Broly dormido. El caoz se desata, Gohan llega en su ayuda para dar camino a una batalla épica Gohan contra Broly.
Poco después de finalizar la sangrienta redada, el inspector Rama se ve obligado a infiltrarse en las filas del sindicato del crimen de Yakarta con el fin de proteger a su familia y descubrir la corrupción en el seno de su propia fuerza policial. The Raid 2: Berandal La redada 2Critica:The Raid" (Gareth Evans, 2011) era una película pura, sin artificios, que se concentraba en desarrollar una única faceta. Funcionaba, sobre todo, como una demostración técnica de cómo se puede filmar el cine de acción sin limitaciones de (casi) ningún tipo, utilizando una excusa argumental (literalmente, era únicamente eso) para ir hilvanando las extraordinarias coreografías de combates brutísimos. El modelo era La Jungla de Cristal (un hombre subiendo y bajando por un edificio y creando por el camino un reguero de muertes) pero iba mucho más allá, sin frases lapidarias ni un protagonista carismático -guión mediante- como John McClane. Aquí las frases eran contundentes puñetazos y patadas. Nada más hacía falta en aquella ensalada de golpes, que en su momento resumí como 'una película de los Looney Tunes dirigida por Bill Plympton". Con "The Raid 2: Berandal" (2014) la cosa cambia. Se amplía la escala, hay una ambición real a nivel narrativo. Se cambia lo que, de alguna forma, era íntimo en la original para apuntar la épica. A la madre del cine de Hostias, en mayúsculas. El resultado es una vez más alucinante; con algunas pequeñas reservas. La redada 2Evans escribe el guión en solitario de una película que toma ahora préstamos del cine de Johnnie To (es difícil no pensar en el díptico "Election"),, de las tramas policíacas con infiltrado de por medio o las bandas enfrentadas con un miembro ansiando el poder. Cliché tras cliché, siendo completamente honestos, dedicando bastante más metraje que en la original a desarrollar a sus dos personajes principales, por así decirlo. La cosa de cae en algunos momentos en los que simplemente no interesa lo que está ocurriendo, pero afortunadamente siempre llega a tiempo alguna secuencia de acción que pega un inyección de adrenalina en vena. Hay también una clara deuda con el lenguaje de los videojuegos, una estructura 'por fases' que estaba presente en la original y que aquí se amplifica al cambiar escenarios y estructurar los segmentos de acción como bloques protagonizados por distintos héroes luchando contra jefes de final de fase, algunos de ellos muy caricaturescos (el hombre del bate y la mujer de los martillos, son el ejemplo más claro), buscando localizaciones icónicas para lograr una identificación 'a posteriori', buscando generar un buzz y potenciar el recuerdo de las partes concretas. La redada 2
La solidez de la familia de Elías (Oscar Martínez) se ve puesta a prueba con la muerte de su mujer, que desata un inesperado entramado de sospechas e intrigas.
Evan Birch es un hombre de familia y un profesor querido en la universidad, donde su clase de filosofía es popular. Cuando una joven estudiante desaparece, los escarceos de Evan fuera del campus hacen que su mujer sospeche de él. El detective Malloy tiene más razones para sospechar de Evan cuando encuentra pruebas que le convierten en el principal sospechoso. Falsa evidenciaCriticaLa vida de Evan Birch, casado y con dos hijos, profesor de filosofía y autor de un libro elogiado por colegas y alumnos, discurre en un ambiente apacible que le permite soterrar un episodio turbio de su pasado. Pero esta placidez, sólo aparente, se ve alterada cuando una serie de evidencias señalan a Evan como principal sospechoso de la desaparición de una alumna del centro donde él trabaja. La investigación reaviva aquel episodio que se saldó con su expulsión de la Universidad por una supuesta relación con una alumna.Guion de Matthew Aldrich sobre la novela "El hombre giratorio", de George Harrar (Abington, Pennsylvania, 25 julio 1949), ambos de escasa filmografía. El carácter europeo de la producción se deja sentir de un modo favorable en los diálogos, desprovistos de las bobadas y palabras gruesas que saturan el cine norteamericano, y en la contención gestual (excepto en la secuencia en que el matrimonio saca a relucir sus trapos sucios en público y a pleno pulmón). El director y el músico son suecos; la fotógrafa, inglesa; la directora artística, holandesa... La misma diversidad se da entre los intérpretes principales: Guy Pearce, anglo-australiano; Pierce Brosnan, irandés; Minnie Driver, inglesa; Odeya Rush, israelí...La originalidad y principal atractivo de este thriller es la paradoja que envuelve a sus dos protagonistas, un profesor de filosofía que no concede fiabilidad a la memoria y un inspector de policía que trata de incriminarlo en la desaparición de una alumna. Durante la investigación, el profesor se declara inocente. Sin embargo, las evidencias, el recelo de su entorno familiar y profesional y, sobre todo, su propia inclinación por las jóvenes... (spoiler) Falsa evidencia
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