Lao Luo está muy apegado a su amado caballo. Cuando parece que le pueden quitar el caballo, se embarca en un viaje por carretera con su hija Xiaobao y su novio para resolver la crisis.
Ren es un niño de nueve años que acaba de perder a su madre, con la que ha vivido desde el divorcio de sus padres. Sin saber nada de su padre, rechaza vivir con sus tutores legales y se escapa hacia las calles de Shibuya enfadado con todo el mundo. Mientras, en el Reino de las bestias el Venerable ha decidido que va a retirarse para así poder reencarnarse en un dios y para ello nombra dos sucesores potenciales: Iôzen, muy popular entre los ciudadanos y padre de dos hijos, y Kumatetsu, fuerte pero solitario y triste. El Venerable le sugiere a Kumatetsu que busque y acoja a un aprendiz con la esperanza de sucederle...
Jack y Joan han regresado de su romántico crucero alrededor del mundo, pero su vida de casados se resiente y comienzan a tener una vida rutinaria. Joan acepta una invitación para ir a un país de Oriente Próximo como invitada de un jeque, pero la secuestran y se ve atrapada junto a la "joya". Jack decide rescatarla con la ayuda de su nuevo amigo Ralph.
La historia tiene lugar en el entorno surrealista de una ciudad que se desvanece. Cuando un adolescente descubre un camino secreto hacia una ciudad subacuática, su madre se ve arrastrada a un macabro submundo de fantasía. Lost RiverCritica:En una Detroit post-apocalíptica, enmarcada en un futuro más cercano de lo que nos gustaría, el impago de las hipotecas obliga a la mayoría de familias a abandonar sus hogares. Lo que un día fue una ciudad de supuesta prosperidad y crecimiento, pasa a ser el lugar idóneo para que Ryan Gosling, en su primer trabajo tras las cámaras, nos meta de lleno en el futuro -y presente- que nos depara esta sociedad capitalista, aquella en la que un director de sucursal bancaria te recomienda solicitar préstamos que te llevarán a la ruina, la misma en la que su sustituto crea un club de provecho social nulo para seguir arruinando a las pocas personas que aguantan en la ficticia ciudad de Detroit que nos ocupa: Lost River. Lost RiverEn esa ciudad que se nos presenta en los créditos iniciales, el joven director y actor canadiense presenta una película importante, que habla de cosas más importantes, y que lleva a cabo como si de un cuento se tratase, contando una historia de las de siempre como nunca lo habían hecho antes. Porque en Lost River hay un hermano mayor que promete proteger al pequeño del monstruo, un dinosaurio e incluso dragones. Esa forma de contar las historias es lo que diferencia a un simple director de un autor; yo me aventuro a afirmar que Ryan Gosling se encuentra en el segundo grupo, pese a que, evidentemente, tenga mucho terreno por delante. Lost RiverIr a ver esta película habiendo leído la sinopsis y las críticas de Cannes significaría cometer un craso error, porque parece que los periodistas se pusieron de acuerdo para no asistir al pase y elaborar sus textos conforme a su equívoco argumento. "Surrealista", "mezcla y/o copia de (inserte nombres de directores controvertidos y que den una gran importancia a la estética del filme)", "la amarás o la odiarás", son algunas de las cosas que se dijeron -y se siguen diciendo- tras ser proyectada en el festival de la costa azul francesa. Es evidente que Lost River puede gustar más o menos, pero más lo es el hecho de que no es una película inaccesible ni mucho menos, pues pese a dotar a la película de una importancia visual innegable, ésta sigue una línea narrativa totalmente lineal y nada críptica o confusa. Dudo que alguien vaya a creerse que con Lost River se va a encontrar un material puramente convencional. Lost River
Vladimir y Hector, dos agentes secretos de carácter diferente, intentan recuperar un material secreto robado por unos intrusos....Espías en manadaCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....Espías en manada
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