Tras la catástrofe nuclear, Mad Max cruza un desierto donde pierde su caravana de camellos. Llega a una ciudad donde le proponen cambiárselos a cambio de que ataque al tirano de la ciudad subterránea, un enano que fabrica gas metano con excrementos de cerdo.
El asesinato de Yara Gambirasio, de 13 años, conmociona la pequeña ciudad de Brembate di Sopra, Italia. Para llevar al culpable ante la justicia, la fiscal Letizia Ruggeri solo tiene una pista tenue: un poco de ADN que no es de mucha ayuda sin una base de datos con la que compararlo. Basado en una historia real.... YaraCritica: YARA es un thriller policiaco que aborda la historia real de una adolescente de 13 años que desapareció misteriosamente en el camino que separaba el centro deportivo donde entrenaba y su casa. Una fiscal, implicada laboral y emocionalmente, tratará por todos los medios de dar una respuesta a tan extraña desaparición.El argumento es poco original, pero, al basarse en una historia real, conlleva una carga emocional extra, pues la investigación llega a resultar realmente absorbente y, al mismo tiempo, cautivante por los numerosos entresijos que recorre. El director Marco Tullio Giordana, realizador de la fabulosa LA MEJOR JUVENTUD, opta por una dirección eficaz y ceñida a la investigación, en la que se entra directamente tras un prólogo necesario. El uso de una paletilla de colores rica en matices la distancia conscientemente de telefilmes y demás, dándole un empaque mucho más atractivo a una historia que por su temática sugería un tono más oscuro y tétrico. Aquí todo lo contrario: es muy artística, colorista, atrayente... Es interesante esta contraposición.Los actores están muy bien, resultando creíbles y convincentes, y conectando con el espectador. Destacable la interpretación de la protagonista, Isabella Ragonese, bien escoltada en papeles secundarios por Alessio Boni (el inolvidable Matteo de LA MEJOR JUVENTUD) y Thomas Brabacchi. En mi caso, no conocía la historia de YARA y, por tanto, me llevé más de una sorpresa. El guión, sin ser nada del otro mundo, es eficaz y consigue que no se pierda el interés en sus 94 minutos de duración.... Yara
Una solitaria novelista romántica de gira con el modelo de la portada de su último libro se ve envuelta en un intento de secuestro que llevará a ambos a una feroz aventura en la jungla...La ciudad perdidaCritica: Hoy me atrevería a decir, que a lo largo de la historia del cine, el género de aventuras ha sido el que siempre ha enamorado al gran público. Precisamente por eso, porque narra historias de héroes y villanos, romances que se sobreponen a cualquier vicisitud; leyendas, mitos y realidades; acción a raudales; luchas a vida o muerte; valores como la amistad o la lealtad... ¡Incluso comedia!En fin, que cabe todo. Pero lo que está por encima de lo anterior, sin duda, es el entretenimiento. Porque este género, bien ejecutado, logra poner en reposo al cerebro, y meternos por unas horas en la piel de valerosos personajes. Hay quien incluso se puede identificar con el malo malísimo, que para gustos...Si bien no pasará a la historia del celuloide -o sí, que cada uno la juzgue como quiera-, lo cierto es que La ciudad perdida, último trabajo de Aaron Nee y Adam Nee, evoca a todos y cada uno de los elementos escritos más arriba. Es verdad que con lo justo, pero al menos consigue armonizarlos, pues no hay ningún exceso que reprochar, siempre y cuando tus exigencias no sean demasiado académicas.Un planteamiento sencillo, pues, que logra su objetivo de mantener intacta tu atención en pantalla, de principio a fin. Con logradas escenas de acción, que tienen a Brad Pitt como maestro de ceremonias, en unos minutos realmente buenos; hasta escenas desternillantes, con Sandra Bullock y sobre todo Channing Tatum como protagonistas. Graciosos ambos, sin esforzarse demasiado, pero resultones; incluso con algún toque irónico de lo políticamente correcto de nuestro tiempo.... La ciudad perdida
Para combatir la desertificación, los humanos han desarrollado fármacos que promueven la reproducción acelerada de las células vegetales, pero accidentalmente han liberado el sistema de estrés de las plantas y despertado las emociones vegetales....Restart the EarthCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Restart the Earth
Hace diez años, Slade Wilson, alias el súper asesino llamado Deathstroke, cometió un trágico error y su esposa e hijo pagaron un precio terrible. Ahora, una década después, la familia de Wilson está amenazada una vez más por el asesino Chacal y los terroristas de H.IV.E. ¿Puede Deathstroke expiar los pecados del pasado o su familia pagará el precio máximo? Deathstroke Knights & Dragons: The Movie DeathstrokeCritica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. DeathstrokeEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Deathstroke
William Bloom (Billy Crudup) no tiene muy buena relación con su padre (Albert Finney), pero tras enterarse de que padece una enfermedad terminal, regresa a su hogar para estar a su lado en sus últimos momentos. Una vez más, William se verá obligado a escucharlo mientras cuenta las interminables historias de su juventud. Pero, en esta ocasión, tratará de averiguar cosas que le permitan conocer mejor a su padre, aunque para ello tendrá que separar claramente realidad y fantasía, elementos que aparecen siempre mezclados en los relatos de su progenitor.
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