Han pasado 29 años desde que alguien encendió la Vela de la Llama Negra y resucitó a las hermanas Sanderson del siglo XVII, y ahora buscan venganza. De tres estudiantes de secundaria depende impedir que las voraces brujas causen un nuevo tipo de estrago en Salem antes del amanecer el día de Halloween.... Abracadabra 2Critica: 29 años después de que una virgen encendiera la vela de la llama negra e hiciera resucitar a las tres brujas de las hermanas Sanderson, parece que la historia se repite, aunque sea con otros personajes. Sí, el mundo ha cambiado en casi treinta años desde aquel Halloween del año 1993, pero las hermanas Sanderson vuelven a la vida por la misma razón, pero en un escenario distinto al de la película original. Bette Midler, Sarah Jessica Parker y Kathy Najimy vuelven a hacer acto de presencia y no han perdido su toque mágico, nunca mejor dicho. Una secuela que no destroza el recuerdo de la original, para nada, es más, la magnifica y hace que se fusionen muy bien la una con la otra. Un film para las nuevas generaciones, esos jóvenes que no pudiereon ver la original en cines, porque no habían nacido, pero verla en casa (ya sea en formato doméstico o en algún pase para televisión), les ha dado una buena razón de peso para ponerse con la que ahora nos ocupa. No regresan ni Max, ni su hermana Dani, ni Alison, aunque sí lo hace Billy Butcherson interpretado de nuevo por el gran Doug Jones. Esta vez son tres chicas, tres amigas desde la infancia llamadas Becca, Casie e Izzy interpretadas por Whitney Peak, Lilia Buckingham y Belissa Escobedo respectivamente, que tendrán que hacer frente a las tres hermanas durante la noche de Halloween y conseguir que no lleguen a causar lo que intentaron perpretar la última vez. Está muy a la altura de la de 1993 e incluso diría que ha mejorado respecto a aquella.. Lo que me ha gustado más es la intro, con la presentación de las tres hermanas jovencitas, sobretodo la que hace de Winifred Sanderson lo clava como una mini Bette Midler. Y ese magnífico diseño de producción, la creación de los sets, ese pueblo.... Abracadabra 2
Azra ofrece a los jóvenes un servicio de coaching para la vida y las relaciones bajo el nombre de clases particulares. Pero su nuevo y guapo vecino le hace olvidar la verdad que conocía. Al fin y al cabo, un sastre no puede coser su propio roto.....Clases particularesCriticA: Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran... Clases particulares
Año 1290. En el pueblo medieval inglés de Stonebridge, Lady Catherine (conocida como Birdy) es la hija menor de Lord Rollo y Lady Aislinn. Su patio de recreo es la Mansión Stonebridge, una casa que, al igual que la familia, ha visto días mejores. Con una economía precaria y al mismo tiempo una codicia total, Rollo ve en su hija la solución para salir de la ruina económica casándola con un hombre rico a cambio de dinero y tierras. Pero Birdy, como todas las grandes heroínas adolescentes, es enérgica, inteligente y aventurera, y está dispuesta a rechazar a cualquier pretendiente de maneras cada vez más ingeniosas. Su imaginación, su rebeldía y su profunda creencia en su propio derecho a la independencia la llevan a chocar con sus padres. Cuando llega el pretendiente más malvado de todos, los padres de Birdy deberán superar la máxima prueba de amor hacia su hija...La vida de CatherineCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... La vida de Catherine
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