La viuda Catherine está ocupada tratando de protegerse a sí misma y a su hijo de una organización criminal local. Cuando las vidas de Nick Boon y Catherine se cruzan, se encuentran apoyándose el uno en el otro para proteger todo lo que representan.
1899, la época navideña de San Petersburgo. Los ríos y canales de la capital cubiertos de hielo hierven con actividades festivas. En vísperas del nuevo siglo, aquellos que no deberían estar destinados a encontrarse, se unen. Son personas de diferentes mundos: Matvey, hijo de un farolero, cuyo único tesoro son sus patines plateados; Alice es la hija de un funcionario de alto rango que sueña con la ciencia. Cada uno de ellos tiene su propia y difícil historia de vida, pero al conocerse accidentalmente, se apresuran juntos en busca de sus sueños....Patines de plataCritica: Se presenta aquí, dirigida por un tal Michael Lockshin, la historia de dos jóvenes, totalmente contrarios. Por un lado, el varón que vive con su padre en una precaria vivienda y, luego de ser despedido de su trabajo, se convierte en un ladrón del pueblo junto a un grupo que lo incita. Por el otro, una muchacha de la aristocracia, envuelta en lujos y placeres, quien es impedida de estudiar química con la obligación por delante, impuesta por sus padres, de casarse con un determinado galán. La congelada ciudad de San Petersburgo, llevando de aquí para allá a cada uno de sus personajes, propiciará, o no, el mágico encuentro de sus protagonistas y sus repeticiones, para dar comienzo a un amor eterno.Si, a la evidencia me remito, sin alguna duda, reconociendo que estamos frente a un caso típico y extremadamente clásico del cine aristocrático y de división de clases, donde triunfar sentimentalmente es una calamidad plena. Pasando por alto aquello, ya tantas veces visto, puedo mencionar que la película me encantó. Sus razones: una bellísima puesta en escena, con guión efectista, contundente, sencillo y firme. La majestuosidad de las locaciones y la brillante fotografía, con unos colores y planos hermosamente divinos. El diseño de producción más que excelente, la caracterización de personajes (si, muy estereotípicos, pero hay que entender que nos remontamos a la época del 1900) y el vestuario exquisito. Además, consigue no tornarse aburrida ni pesada, y transmite ese frío permanente en el que todos transitan sus días. Honorable y recomendable.....Patines de plata
Kaz Fellows (Katrina Bowden) y Charlie Brody (Aaron Jakubenko) son dos pilotos de avión que deciden volar hacia "Hell's Reef" con Joji Minase (Tim Kano), su mujer Michelle (Kimie Tsukakoshi) y el cocinero Benny (Te Kohe Tuhaka) para disfrutar de las bondades del arrecife. Por desgracia para ellos, la aparición de un depredador hará que sus vacaciones se conviertan en pasto de las peores pesadillas jamás imaginadas....Great WhiteCritica:Los protagonistas de Tiburón blanco (Great White) son presentados en el tramo inicial, con cierta desidia y dificultando la creación de vínculos con el público. Contamos con cinco arquetipos con los que intentan generar cierto interés mostrando parte de sus vidas y problemas personales. Aunque el problema real no es el uso de arquetipos, sino la falta de desarrollo o el buen uso de los mismos. Ni el guion ni la dirección ayudan demasiado al reparto para crear unas interpretaciones muy destacadas.El primer tercio de película, con la salvedad de la escena inicial, es una mera excusa para llegar hasta la parte central del film. No es demasiado extensa y eso se agradece, aunque alguno de los personajes resulte cargante en cada una de sus intervenciones.Katrina Bowden (Tucker & Dale contra el mal) y Aaron Jakubenko (Las crónicas de Shannara) representan en pantalla a la que se podría llamar pareja protagonista, si hablamos de personas. Tras ese inicio irregular, se podría decir, que ambos mantienen el hilo narrativo. No se trata de unas actuaciones memorables, pero con el avance del metraje arreglan levemente el desastre inicial.*La gran amenazaEl gran protagonista, aunque apenas aparezca en pantalla es el tiburón, el peligro que acecha en las profundidades a los temerosas personas que huyen de él. Como ya ocurriera en la gran obra maestra Tiburón, creadora e inspiradora de esta especie de subgénero cinematográfico, el monstruo no puede aparecer demasiado, problemas técnicos con el tiburón mecánico en el caso de Spielberg y limitación presupuestaria en la actual. Y lo que en principio debería ser un problema acaba siendo la gran virtud de la película en el clásico y un aspecto positivo en Tiburón blanco.... Great White
Julián Lemar es un escritor de best-sellers de suspenso quien se va de vacaciones con su familia a una cabaña en un bosque. La primera noche, durante una fuerte tormenta, se corta la luz y una mujer se presenta pidiendo ayuda desesperada: su marido mató a su hijo y ahora quiere acabar con ella. A partir de ese momento, el peligro y el engaño son una amenaza constante y, para Julián, comienza una noche infernal hasta descubrir la verdad..... Ecos de un crimenCriticA: Lo que primero aparenta como mero terror, luego volantea hacia un thriller con elevada carga de misterio y suspenso, bastante oscuro y recóndito, hasta dar con un ideal y estereotípico thriller psicológico. Dirigida por Cristian Bernard y escrita por Gabriel Korenfeld.Cuenta la tergiversada historia, y por algo es esto, de una pareja con hijos que se instala, temporariamente, en una suerte de cabaña forestal alejada de la civilización como un descanso y espacio para escritura del hombre protagonista, un sensacional Diego Peretti. Ocurre lo imprevisible cuando una mujer ingresa en un estado alarmante a la casa y se excusa con la acusación hacia su marido, ausente, de hechos violentos y mortales. La pareja se encuentra en problemas sin saber cómo actuar. Al rato, los espectadores se verán adentrados en la confusión y excluidos de un escape de la trama, sin salida.Gran construcción misteriosa, con calibrado manejo del suspenso y atención bien puesta en los tiempos, aumentos y descensos del registro del género. Eso es justamente este film, una película de género, con todos los ingredientes propicios para causar una buena producción: noche, lluvia torrencial, aislamiento en bosque, personajes con desvaríos mentales, niños molestos, un supuesto asesino y su respectiva supuesta víctima, falta de señal telefónica, un auto tétrico con una figura tendiente al miedo, temible. Si el argumento fuera retratado en una urbe repleta de transeúntes, a plena luz del día, con un sol resplandeciente y acceso a cualquier tipo de artefacto tecnológico eléctrico, el efecto y el sentido de lo que se presenta, indudablemente, no sería el mismo, ni el deseado, por supuesto. Por eso, es preciso definir que funciona muy óptima como cine de género. El guión hace aguas varias veces, hay fisuras y demasiadas ocasiones de estereotipos. Los diálogos no son muy creíbles y fingidos hasta la sobreactuación, en algunos momentos.... Ecos de un crimen
Los payasos y la comida rápida son recientes iconos del horror en el imaginario colectivo. Mackenzie y sus amigos, estudiantes de instituto de estética emo, van a comprobar la veracidad de esta afirmación en sus carnes cuando empiecen a ser destripados a hachazos por Horny el payaso, la mascota de la cadena de hamburgueserías Hella Burger. Tras celebrar una fiesta desmadrada con abundancia de alcohol y drogas, los chicos descubren que una amenaza se cierne sobre ellos gracias a la ouija. A medida que se van sucediendo los homicidios, Mackenzie descubre que sólo ella puede destapar las claves para detener al criminal.
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