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Becky, una joven adolescente, pasa un fin de semana en un lago junto a su padre, Jeff, con el que no tiene una gran relación. Lo que parecían unos días perfectos para intentar reconectar entre ellos, se convierten en una verdadera pesadilla cuando un grupo de convictos fugitivos, liderados por Dominick, invaden la casa del lago.....BeckyCritica: Casi como si tuviera un complejo de personalidad, Becky, la película no el personaje, no termina de decidirse a ser graciosa o hilarante y permanece en una suerte de limbo entre géneros donde combina elementos que no siempre maridan bien entre sí.Becky, el personaje interpretado por Lulu Wilson, es uno de los puntos altos de la película. Se trata de una adolescente de 13 años muy enojada con el mundo, con el hecho de que su madre murió recientemente por una enfermedad, con su padre que está por casarse, con su futura madrastra y con todo lo que da vuelta por allí menos sus dos perros mastines.Lo importante en la película va a ser el cómo. El qué ya está dado. En la primera escena Becky empieza a declarar sobre lo que pasó en el bosque cerca de la cabaña por lo que tentativamente al final ella se salvó. Luego en paralelo un grupo de presos comienza a ser trasladado, y por lo tanto evacuado de una prisión, mientras Becky sale de la escuela. El paralelo entre la educación que aprisiona a la protagonista y la cárcel es un tanto burdo pero bueno, tampoco es que el film sea un tratado sociológico.Los malos, los presos que se van a fugar, quizás sean el principal problema de la película. Son tan exagerados que su único lugar posible es una comedia. El jefe de la banda es Dominick (Kevin James), un gordo anchísimo con una esvástica y el símbolo de las SS tatuados en la cabeza. Su principal ad láter es Apex, que se podría traducir como ‘simioide’ o ‘goriloide’, interpretado por el luchador retirado Robert Maillet, un hombre ridículamente alto y grueso, con brazos que parecen troncos y manos que se asemejan a una pala mecánica. Los acompañan dos cómplices que apenas están desarrollados. Lo importante es que uno de ellos le tiene miedo a los perros. Becky
El condecorado oficial británico Jack Wallace debe liderar una banda de comandos aliados a través de las líneas enemigas para rescatar al profesor Hopper, un científico estadounidense secuestrado por los nazis. Con información que podría cambiar el rumbo de la guerra, estos insólitos héroes deben atravesar el territorio enemigo con un civil estadounidense sin entrenamiento, evitando brutales mercenarios nazis y bombardeos continuos; con el destino de la guerra sobre sus hombros, el resultado de esta misión será cambiar el mundo para siempre; El fracaso no es una opción.
Una epopeya sobre una de las épocas más convulsas de la historia reciente del conurbano bonaerense. En este contexto surge un grupo de idealistas a los que llaman despectivamente: "Los bastardos"..... Los bastardosCritica: que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Los bastardos
Cuando tenía 14 años, Smith se ahogó en el lago Sainte Louis y estuvo muerto durante casi una hora. Según los informes en el momento, la RCP se realizó 27 minutos en vano. Luego, la madre del joven, Joyce Smith, entró en la habitación, rezando en voz alta. De repente, hubo un pulso, y Smith dio la vuelta.
Baby, un joven y talentoso conductor especializado en fugas, depende del ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Cuando conoce a la chica de sus sueños, Baby ve una oportunidad de abandonar su vida criminal y realizar una huida limpia. Pero después de haber sido forzado a trabajar para un jefe del crimen, deberá dar la cara cuando un malogrado golpe amenaza su vida, su amor y su libertad. Baby DriverCritica:Ladrones de bancos; tiros; persecuciones a todo gas; clásicos del rock, del funky o del pop... Y sí, un reparto en estado de gracia. Eso es Babby Driver, el regreso a la dirección de Edgar Wright, quien nos tenía muy abandonados desde su última película en 2013 (Bienvenidos al fin del mundo). Por cierto, para los olvidadizos, el mismo responsable de Zombies Party.Así pues, con este calor asfixiante y en pleno verano, qué más se le puede pedir a una película que entretiene y te hace olvidar el infernal fuego que te atrapa entre el cielo plomizo y el agrietado asfalto. Pues nada más que lo que 'Baby Driver' ofrece: dos horas de puro espectáculo cinematográfico. BabyEdgar Wright escribe y dirige, con su sello propio, una película que refresca al género de ladrones de bancos, policíaco y de acción de la última década. Tiene hermanos mayores como 'Ronin', 'The Town' o 'The Italian Job' -y menos pretensiones que 'Drive', por suerte para nosotros-. Pero 'Baby Driver', desde su nacimiento -con una huida antológica y un plano secuencia posterior más bárbaro si cabe, mediante- crece por sí sola y se erige como un tótem del género.El guión, repleto de diálogos sólidos y escenas vertiginosas, desborda dinamismo hasta completar dos horas de metraje sin perder frescura. Mezcla acción, comedia negra e, incluso, ciertas gotas de drama, en un abrir y cerrar de ojos. Casi sin enterarte, como Baby al volante, te mueve de un lado a otro de la pantalla. Y utiliza algo tan trillado como la nostalgia por los clásicos del rock, del funky o del pop, de una forma muy sutil y a la vez tan evidente como un golpe en la cara, para agrandar más su estela de entretenimiento y espectáculo. Dos cometidos que cumple y para los que está hecha. Baby
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