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Cuando una niebla mortal envuelve París, la gente encuentra refugio en los pisos superiores de los edificios. Sin información, sin electricidad y sin apenas suministros, Mathieu, Anna y su hija Sarah intentan sobrevivir al desastre…
Una niña de 6 años y sus amigos pasan el verano en un pequeño motel muy próximo a Disneyworld, mientras sus padres y el resto de adultos que les rodean sufren aún los efectos de la crisis.
La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. La notablemente brillante y encantadora hija adoptiva de Tár, Petra, de seis años, tiene un papel clave en la tarea. Y cuando los elementos parecen conspirar contra Lydia, la joven es un apoyo emocional importante para su madre en apuros....TÁRCritica: La música clásica está idealizada en muchas mentes, salones, clubes y escenarios. Si algunos descubrieran que Vivaldi, por ejemplo, compuso parte de Las cuatro estaciones pensando en a qué sonaría un granjero borracho y los resbalones y culetazos que se daba, que diría Jaime Altozano, o a describir una escena de caza o una siesta, quizá muchas ínfulas con este género se irían por la borda.Algo de eso pasa aquí, aunque precisamente lo más interesante de la película es la parte que puede ser considerada más melómana. El comienzo con el diálogo sobre la dirección de orquesta, así como el debate que se produce sobre si no se quiere tocar nada de un artista por sus escándalos, como en el caso de Bach, ponen sobre la palestra una temática actual que es la mar de interesante, así como los escasos ensayos a los que asistimos y las reflexiones sobre ellos. El guion aquí llega a sus máximos, así como la puesta en escena y la dirección.Desgraciadamente, la película deriva, a partir de la primera media hora, hacia los coqueteos, los celos, las tragedias, los favoritismos y el escándalo esbozado en una de las conversaciones anteriores. Y aunque Cate Blanchet lo hace fenomenal, su sola actuación no es capaz de levantar la pesadez de la narrativa a lo largo de unos extendidísimos, exagerados e innecesarios 150 minutos de metraje cargados de clichés, simbolismos y situaciones secundarias que, ciertamente, no aportan mucho a la historia. Más bien, restan.Cerca de la conclusión, Lydia escucha las palabras de un Bernstein joven que asegura que lejos del pentagrama, los tonos, las notas, la instrumentalización y demás, al final lo importante es que la música debe movernos, que algunos sentimientos como la alegría, el placer o la serenidad se pueden expresar con palabras, pero hay otros a donde las palabras no llegan... y es ahí donde la música entra...... TÁR
Un grupo de simios con grandes cualidades para la supervivencia toman las calles. Liderados por Cesar, un simio dotado de una inteligencia y unos instintos superiores para cualquier primate. Ante la necesidad de libertad de esta raza animal deciden no doblegarse ante el condicional humano y demostrar su fuerza y su valor. Tendrán que luchar contra un grupo de humanos que han sobrevivido a una fuerte epidemia desatada en la década anterior. Ambas partes han establecido una tregua que se verá interrumpida debido a la necesidad de eliminar una coexistencia entre especies.Dawn of the Planet of the Apes El planeta de los simiosCritica:Recordáis el anuncio del mono y la ballesta? Pues algo así viene a ser "El amanecer del Planeta de los Simios", cambiándole el arma por una ametralladora. Un peligro a punto de desbordarse. Los fans dirán que 'es una secuela muy mona' y los detractores que 'aunque la mona se vista de seda..."; yo me quedo en un término medio, porque la secuela que ha dirigido Matt Reeves no es una mala película, lejos está de serlo, pero tiene algunas ideas que lastran lo que se anticipaba como el blockbuster más brillante del verano. Rebajad las expectativas generadas por su notable recepción al otro lado del charco porque aquí hay mucho más de todo pero, en lo importante, faltan cosas. Esto es, un desarrollo de personajes en condiciones e ideas más allá de las que garantiza el equipo técnico de Weta Digital. La película a ese respecto es una maravilla, cómo no: técnicamente los simios son extraordinarios, se mueven como si realmente estuvieran ahí, es un film avanzadísimo y la recreación de César, Koda y el resto de los que tienen un poco más de peso no roza, sino que va directamente a la excelencia. El problema es otro, viene de abajo, del esqueleto. Es el guión. El planeta de los simiosSin entrar en muchos spoilers, porque soy el primero al que no le gusta que le destripen las cosas, diré que algunas de las cosas que dan arranque a los conflictos son puras tonterías. Sí, en el mundo en que vivimos, a veces lo que desencadena las cosas más terribles viene a ser esto mismo; pero algunos personajes son sencillamente delirantes. Tal es el caso del interpretado por Gary Oldman, que parece sacado de algún guión de la (horrible) serie Falling Skies. El protagonista tampoco se salva del todo pero lo que le han hecho a César es para llorar, en comparación con lo que fue en "El origen del Planeta de los Simios". Serkis lo interpreta con solidez, como siempre, pero fuerza demasiado su lado humano para guiar la atención del espectador. Contra todo pronóstico el que se erige como la verdadera sorpresa es Koba, el simio interpretado por Toby Kebbell, que no sólo es lo mejor de la película (indudablemente) sino que además es el personaje mejor construido a todos los niveles: sin trampa ni cartón, actuando como debe hacerlo. No se salva de la imagen 'cool' para que la gente aplauda, eso sí, usando dos ametralladoras a la vez mientras atraviesa un fuego. "Cool apes don't look at explosions", o algo así. El planeta de los simiosEl guión fuerza las cosas para buscar la emoción primaria (los momentos con aparatos electrónicos que sustituyen a los flashbacks, César y su familia) y realmente sólo se alza cuando se olvida de que quiere ser La Película Definitiva (consiguiendo el efecto contrario) y pasa a la acción. Matt Reeves y su director de fotografía, Michael Seresin, consiguen capturar algunas imágenes perdurables, de gran fuerza expresiva, e incluso alguna vez simbólica. Reeves es de la factoría Abrams así que esta lección la tiene bien aprendida (la que sigue siendo su mejor película, "Cloverfield", da buena fe de ello), y además se apoya en la partitura de Michael Giacchino para alzar aún más sus objetivos. Como juguete tecnológico es una obra extraordinaria, pero falla en lo que más potencia, el corazón. No obstante es una película digna de verse, inferior a "El origen del Planeta de los Simios" pero mucho más 'amplia' a todos los niveles, pese a que sacrifique cosas para lograr ese estatus. Os la recomiendo, en resumen, pero sería mentiros decir que me ha dado todo aquello que me esperaba. Al menos incluye un homenaje a "El Rey León", eso es cierto. El planeta de los simios
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