Kid, un joven anónimo que se gana la vida a duras penas en un club de lucha clandestino donde, noche tras noche, con una máscara de gorila, es golpeado hasta sangrar por luchadores más populares a cambio de dinero. Después de años de ira reprimida, Kid descubre una manera de infiltrarse en el enclave de la siniestra élite de la ciudad. A medida que el trauma de su infancia se desborda, sus manos misteriosamente llenas de cicatrices desataron una explosiva campaña de represalia para ajustar cuentas con los hombres que le quitaron todo.
Después del asesinato de su hija de cinco años, un hombre de familia amoroso se convence de que el bicho raro de la calle es culpable.... Goodbye, ButterflyCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia... Goodbye, Butterfly
Luke es un niño apasionado por las historias de misterio. Un día, las leyendas contadas por su abuela sobre la existencia de las brujas lo introducen en un mundo misterioso....Las brujasCritica: Magnífica película familiar de aventuras mágicas que estampa genialmente una de las mejores novelas de Roal Dahl en la pantalla.La cinta es casi 100% fiel a la novela... lo que es de agradecer, ya que la novela de Dahl es una auténtica maravilla (vale, reconozco que Roal Dahl es mi escritor predilecto desde los 7 años de edad y que sus cuentos infantiles llenos de magia, humor, peripecias y cariño se me han hecho completamente inolvidables. Pero soy una de tantas que se ha criado leyendo unas páginas que desborbaban una imaginería de ensueño y vibrando con aventuras simples pero fantásticas y curiosas. Dalh destacó por narrar con pericia sin aburrir, por tratar de ser niño otra vez mientras inventaba sus aventuras con una imaginación desbordante y un ácido sentido del humor). "Las Brujas" de Roald Dalh es un relato de 100 páginas que devoré de niña en un solo día.Su adaptación del papel a la pantalla se plasma con dinamismo, sencillez y, sobre todo con mucha fidedignidad. Su guión es casi exacto a la novela palabra por palabra sin dejar nada crucial en el tintero sobre sus personajes o situaciones, conservando el humor caricaturesco y el hechizo del cuento. Su ambientación es acertadísima con decorados oportunos y un vestuario apropiado que prácticamente calca las ilustraciones del dibujante fetiche de Dahl: Quentin Blake. Tiene un maquillaje estupendo y unas efectos logrados (a destacar las horribles transformaciones de las brujas y los entrañables ratones parlanchines)......Las brujas
Michael Myers, un psicópata que mató a dieciséis personas, acabó siendo capturado por su propio médico, el doctor Lomis. Tras pasar diez años encarcelado en una prisión de máxima seguridad, Myers es trasladado, en estado catatónico, al Instituto Mental de Richmond. Pero inexplicablemente se vuelve a escapar con el fin de asesinar a su único familiar vivo, su sobrina Jamie Lloyd. De nuevo el doctor Lomis intentará atraparlo.
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