Ren es un niño de nueve años que acaba de perder a su madre, con la que ha vivido desde el divorcio de sus padres. Sin saber nada de su padre, rechaza vivir con sus tutores legales y se escapa hacia las calles de Shibuya enfadado con todo el mundo. Mientras, en el Reino de las bestias el Venerable ha decidido que va a retirarse para así poder reencarnarse en un dios y para ello nombra dos sucesores potenciales: Iôzen, muy popular entre los ciudadanos y padre de dos hijos, y Kumatetsu, fuerte pero solitario y triste. El Venerable le sugiere a Kumatetsu que busque y acoja a un aprendiz con la esperanza de sucederle...
Leyla, una treintañera con el corazón roto y en el paro, decide reinventarse a sí misma y buscar la felicidad mientras su familia se empeña en buscarle novio....La infelizCritica: esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... La infeliz
Carlo y Giulia están casados y son padres de tres hijos. Carlo es un padre ausente, completamente volcado en su trabajo y Giulia se dedica al cien por cien a ser madre de familia. Cansada y estresada, decide un día por sorpresa irse de viaje a Cuba durante 10 días con su hermana. Carlo se verá obligado a asumir el papel de padre a tiempo completo, una situación que desencadenará el caos familiar pero que le dará la oportunidad de conocer mejor a sus hijos.
Sigue las veloces aventuras de Barry Allen, un joven común y corriente con el deseo latente de ayudar a los demás. Cuando una inesperada partícula aceleradora golpea por accidente a Barry, de pronto se encuentra cargado de un increíble poder para moverse a increíbles velocidades. Mientras Barry siempre ha tenido el alma de un héroe, sus nuevos poderes le han dado la capacidad de actuar como tal.
Un matrimonio aparentemente feliz que ve como sus mejores amigos se separan después de una vida muy similar a la suya. En un intento por escapar de su anodina y rutinaria vida, Phil lleva a cenar a Claire a un caro restaurante de Manhattan, en el que, sin embargo, no ha hecho reserva. Cuando los Tripplehorn son llamados a ocupar su mesa y no aparecen, Phil y Claire se hacen pasar por el matrimonio ausente, comenzando así una noche de infortunios como consecuencia de haber adoptado una falsa identidad.
La noche del 29 de enero de 1990, poco antes de iniciarse la reconstrucción democrática en Chile, medio centenar de presos políticos se fugaron de la cárcel pública de Santiago por un túnel que 24 militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) habían excavado durante 18 meses, 80 metros de longitud con herramientas tan rudimentarias como cucharas, tenedores y un solo destornillador; escondiendo 55 toneladas de tierra dentro del centro penitenciario. Ni los presos comunes de las celdas cercanas ni los gendarmes que los vigilaban a diario descubrieron el plan que llevaría a 49 reclusos a alcanzar la libertad en uno de los escapes más sorprendentes de la historia penal chilena... Pacto de fugaCritica: esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Pacto de fuga
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