En vísperas de la II Guerra Mundial, en el condado de Yorkshire (Inglaterra), la familia Carraclough se ve obligada a vender a su perra Lassie a un adinerado duque (Peter O'Toole) que vive en Escocia. Sin embargo, aunque está a cientos de millas de su verdadera familia, huye y recorre un largo camino de vuelta a casa. Una aventura en la que se enfrentará a diversos peligros y encontrará ayuda en los sitios más insospechados...
Narra el viaje de realizan un padre alcohólico y su distante hijo desde Montana a Nebraska para recoger lo que cree que es un premio de un millón de dólares.Critica:A los pocos segundos de comenzar "Nebraska", Woody, el protagonista de esta historia, es interrogado. Las preguntas son, en apariencia, sencillas: ¿De dónde viene?, ¿Hacia dónde va?. Sin embargo, las respuestas dadas por el personaje que interpreta magistralmente Bruce Dern, son demoledoras, complejas, y a la vez, de una simplicidad que desmonta por completo al espectador antes de darse cuenta de que está delante de una pantalla. En ese mismo momento, Alexander Payne, desde su posición de narrador privilegiado, abre una ventana al fondo del corazón de un microuniverso cercano en el que la honestidad de un relato construido desde la mirada perdida del miedo a un final incierto, susurra con calidez su mensaje desolador y esperanzador al mismo tiempo.Es "Nebraska" una road movie, que poniendo su vista en la perfecta "Una historia verdadera" de David Lynch, ofrece un viaje tanto a sus protagonistas como al patio de butacas. Un recorrido desnudo y carente de colorido por las raíces nudosas de una América deconstruida a través de relaciones familiares disfuncionales. Un mundo carente de falsa moral, donde la sinceridad se erige como base de un relato que admite tantas dobles lecturas, que la visión de esta obra maestra, termine reportando beneficios ingentes para la audiencia. Dudas existenciales, remordimientos vitales, errores, éxitos y fracasos se pasean por delante de la cámara en un desfile narrativo emocionante que apunta directamente al fondo de las emociones más humanas.Alexander Payne, tras sus notables precedentes, consigue con "Nebraska" redondear su filmografía con una cinta perfecta que, desde la nostalgia del blanco y negro, se perfila como una fábula sobre el pasado, presente y futuro, cuyo mensaje se escribe con letras doradas en la retina de un público consciente del cariño con que el realizador perfila su obra maestra. De la mano de un Bruce Dern demoledor, en la cima de su madurez artística, y de un Will Forte entrañable; la odisea surrealista de Payne, encierra en su interior momentos de gran cine: humor surrealista, dramatismo sobrecogedor y cuestiones éticas, mezcladas en una narración ejemplar vertebrada por un trabajo desnudo y sincero como pocos en el presente curso cinematográfico.
Atrapado en un planeta hostil a 4,2 millones de años luz de la Tierra junto a su comandante y su tripulación, Buzz Lightyear intenta encontrar la manera de volver a casa a través del espacio y el tiempo. Pero la llegada de Zurg, una presencia imponente con un ejército de robots despiadados y una agenda misteriosa, complica aún más las cosas y pone en peligro la misión....LightyearCritica: Hacía tiempo que mi chico y yo no nos pasábamos por el cine, en realidad no tanto, pero las últimas películas que vimos no eran dignas de una mala crítica como esta, pero hoy nos apetecía pasar la tarde allí dado que tenía expectación por ver ese film del que todo el mundo habla por cierta escena, así que nos adentramos en la sala esperando pasar un buen rato.Y eso hicimos, esperar, porque el buen rato no acabó llegando. Pixar, ¿qué habéis hecho? ¿Qué aburrimiento insulso os habéis sacado de la manga? ¿Esto qué es, por dios? Para empezar, hasta que no apareció el gatetebot, que le robó todo el protagonismo a Buzz con esa carita tan mona que no la pintan los pintores, no conseguí empatizar con ninguno de los personajes ni que me aportaran nada. Es que todos eran muy aburridos, sin carisma ni chicha. No me extrañaría que fuera horchata lo que recorriera sus venas pixeladas.Y después, la historia, historia que si eres niño puede que acabes perdiéndote mientras que siendo adulto te preguntas por qué no le sacaron más jugo a un personaje tan carismático como Buzz Lightyear, el juguete. Me resulta una pena que una saga tan extraordinaria como "Toy Story" tenga una mancha como esta en su currículum. Eso sí, resaltar unos efectos especiales espectaculares, pero teniendo en cuenta que es Pixar, tampoco tiene mucho mérito. Sólo faltaría que el aspecto técnico fueran deficiente, sería un chiste de muy mal gusto.¿Y qué decir de la famosa escena del beso? Es para descojonarse y es poco porque, si no hubiera acaparado los noticiarios de todo el mundo, habría pasado sin pena ni gloria por no ser más que eso, un casto beso entre dos mujeres. No aprendimos nada de Mecano o qué. También puedo llegar a entender la jugada de los estudios de esperar crear polémica con él, porque los humanos otra cosa no, pero en dar importancia a gilipolleces somos expertos, y así conseguir desviar la atención de lo deficiente que es la peli. Enhorabuena, hermanos, lo habéis conseguido..... Lightyear
En un futuro no lejano, en el que el planeta Tierra sufre una creciente desertización, Jacq Vaucan, un agente de seguros de una compañía de robótica, investiga un caso en apariencia rutinario cuando descubre algo que podría tener consecuencias decisivas para el futuro de la humanidad. Banderas produce y protagoniza este thriller futurista, que especula sobre lo que ocurriría si la inteligencia artificial superase a la humana. AutómataCritica:La ciencia ficción es un género difícil de desarrollar en España por dos razones diferentes. La primera razón es cultural: la sci-fi en cualquiera de sus subtipos no tiene una tradición sólida en nuestro país si no es combinada con la comedia; como en el caso de Acción Mutante; o, en su caso, utilizada como mera ambientación para contextualizar alguna reflexión del director (Los Últimos Días). La segunda razón es presupuestaria: la ciencia ficción es un género caro y España no es precisamente Hollywood: aquí tanto las productoras como las administraciones están mucho más limitadas económicamente y eso en la práctica acerca el resultado más a la serie B que a las grandes superproducciones estadounidenses. Es por eso mismo por lo que siempre miro con buenos ojos la valentía de creadores que, como Gabe Ibáñez, deciden romper con la tradición cinematográfica de nuestro país, mucho más cómoda con el costumbrismo "azconiano" que con los replicantes de Blade Runner, y ofrecer una nueva propuesta. Sin embargo, de la buena intención a la ejecución exitosa de la idea hay un largo camino lleno de obstáculos que el cineasta debe solventar con éxito si quiere que su película sea reconocida. En este caso no ha sido así por las razones que expondré a continuación, e imagino que muchos de vosotros compartiréis mi opinión. AutómataEn primer lugar la pobreza del guión, después de un primer acto interesante, se deja notar conforme avanza la trama.La historia es la siguiente: Antonio Banderas interpreta a un vendedor al servicio de una compañía de seguros que ha monopolizado la venta de robots doméstico-laborales; robots que han sustituido la mano de obra humana en un planeta semideshabitado y post-apocalíptico. La razón por la que la compañía ROC ostenta el monopolio del mercado de la Inteligencia Artificial no es otra que asegurar la lealtad de los robots a la especie humana a través del sometimiento obligatorio de todos sus productos a dos de las leyes de la robótica de Isaac Asimov, es decir: "los robots no pueden matar a un ser vivo" y "los robots no pueden mejorarse a sí mismos". Sin embargo, en un momento determinado, algunos robots empiezan a aplicarse reparaciones a medida, lo que vaticina que los protocolos de seguridad han sido quebrantados y que los robots van a evolucionar exponencialmente hasta convertirse en la forma de vida dominante. Al margen de que, como en toda película neo-noir que intente serlo, la aseguradora funcione más como una especie de subcuerpo policial armado que como una compañía de seguros de verdad; el planteamiento de la película es sugerente, pero el guión pierde solidez en cuanto se atisban las grandes preguntas, que ni se plantean ni se contestan; y lo que podría haber sido una película maravillosa sobre cómo el ser humano reflexiona sobre su extinción termina siendo solo una breve declaración de intenciones. Autómata
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