El atlas de las nubes es una novela que da la vuelta al mundo y recorre desde el siglo XIX hasta un futuro apocalíptico, a través de seis historias entrelazadas. El relato se abre en 1850 con el regreso del notario estadounidense Adam Ewing desde las islas Chatham a su California natal. Durante el viaje, Ewing traba amistad con un médico, el doctor Goose, que comienza a tratarle de una extraña enfermedad causada por un parásito cerebral... Repentinamente, la acción se traslada a 1931 en Bélgica, donde Robert Frobisher, un compositor bisexual que ha sido desheredado, se introduce en el hogar de un artista enfermizo, su seductora esposa y su núbil hija... De ahí saltamos a la Costa Oeste en la década de los setenta, cuando Luisa Rey destapa una red de avaricia y crimen que pone en peligro su vida... Y, del mismo modo, con idéntica maestría, viajamos a la ignominiosa Inglaterra de nuestros días. El atlas de las nubes . Cloud AtlasCritica:Hay quien asume que los hermanos Wachowski son los directores de una única película. Y no, no hablo de "Speed Racer" sino de "Matrix". Lo demás... malos sueños. Bueno, "Cloud Atlas" confirma que el talento de este duo sigue existiendo aunque a ráfagas cortas, habiendo necesitado de un tercer miembro con el que formar equipo artístico, el alemán Tom Tykwer. El resultado es irregular, pero estimable, meritorio y excesivo, suicida y valiente, incluso por momentos delirante, tonto, estrafalario y algo tosco. Una película con tantas aristas, con un maquillaje tan forzado y unas ideas tan curiosas que es imposible no aceptar desde la posición más cómoda posible pues, para incomodidad, las propias reglas internas que se han concebido para darlo a luz. ¿La más sorprendente? Seis-siete actores principales interpretando diferentes roles en cada una de las microhistorias que forman las casi tres horas de 'atlas'. La locura no se queda sólo ahí, conste. Cloud Atlas"El atlas de las nubes" se atreve a moverse en ventanas temporales tan dispares como gustos pueda haber, existiendo fábulas en el presente y pasado, sobre la música o la aventura primigenia, la ciencia-ficción distópica representada en forma de muñeca clónica asiática destinada a entregarse a los placeres del occidental adinerado, profetas caídos del cielo para guiar al hombre a su salvación, compositores ansiando componer esa pieza que le permitan entrar en el Olimpo. ¿Lo mejor de todo? Que algunas de las historias son bastante interesantes (me quedo, de lejos, con la de la 'tipo Waterworld'). ¿Lo peor? Que éstas no duran más porque la necesidad de alternar entre unas y otras, por supuesto, le termina restando a las interesantes tiempo de metraje. Cloud AtlasEl argumento funciona sin embargo como un gran puzle, fácil de seguir contra todo pronóstico, que enlaza personajes y épocas no sólo a través de los intérpretes, pues también tira hilos para intentar que todo termine por estar conectado. Un atlas y muchas nubes.. una película suicida y valiente, algo torpe por momentos pero de innegable interés. Merece la pena, es una de esas rarezas (como "The Fountain", por citar alguna) que no ganarán premios pero que pasado el tiempo podremos revisitar sabiendo que aún nos quedan cosas nuevas por descubrir. Cloud Atlas
Mark Thackeray, un ingeniero negro sin trabajo, acepta un empleo como profesor de un grupo de estudiantes bastante conflictivos en una escuela de la periferia de Londres. Sus alumnos son insolentes y groseros pero, en el fondo, no tienen malos sentimientos. Al principio intenta ganarse su confianza utilizando los métodos tradicionales, pero fracasa tan estrepitosamente que no tendrá más remedio que recurrir a otras fórmulas.
El juez Robert Wakefield es nombrado por el Presidente de los Estados Unidos supervisor de los grupos de lucha contra la droga y de su coordinación con las autoridades mexicanas. Sin embargo, su satisfacción inicial por su prestigioso cargo se esfumará cuando descubra que su hija de 16 años se ha convertido en una drogadicta. Mientras tanto, al sur de la frontera, el agente mexicano Javier Rodríguez intenta librar su propia batalla contra la droga.
Una mujer policía le hace a su exnovio una oferta que no puede rechazar: O se infiltra e informa sobre una banda de gamberros, o su hermano va a la cárcel...FuriozaCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Furioza
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