A los 35 años, la vida de Mike no ha ido por el camino del éxito que todos preveían cuando en el instituto era la estrella del equipo de baloncesto y el que ligaba con las chicas más guapas. Después de 18 años vendiendo productos farmacéuticos no ha conseguido ascender en el trabajo, no tiene buena relación con sus dos hijos y se acaba de separar de Scarlet, su encantadora mujer. Una noche de tormenta, Mike ve al que fuera bedel de su instituto subido encima de la valla de un puente mirando al río. Mike detiene su coche con intención de evitar que el hombre se tire, pero cuando llega a la altura del bedel, éste ha desaparecido y Mike cae irremediablemente al río. Cuando a la mañana siguiente Mike llega a casa de su amigo Ned, se da cuenta de que no es el mismo Mike vendedor de medicamentos sino Mike O’Donnell, el adolescente de 17 años.
Cuando Sam Flynn (Garrett Hedlund), programador experto en tecnología de 27 años e hijo de Kevin Flynn (Jeff Bridges), investiga la desaparición de su padre, se encuentra de repente inmerso en un peligroso y salvaje mundo surreal donde existen feroces luchas a muerte, un lugar paralelo donde su padre ha estado viviendo durante 25 años. Con la ayuda de una joven (Olivia Wilde), padre e hijo se embarcarán en un viaje a vida o muerte a través de un universo cibernético, que con el tiempo se ha convertido en mucho más avanzado y peligroso... Secuela del clásico de culto de 1982. TRON: Legacy Tron: El legadoCritica:Sorprendente secuela de Tron, que si bien es continuación de la inolvidable película de 1982 tiene alma de remake en una época donde los efectos especiales están tan desarrollados que dejan como ridículos los vistos en la estupenda película de antaño. Tron: El legadoY tiene alma de remake, porque son muchas las referencias a la primera película. Para empezar, el personaje protagonizado por Garrett Hedlund tiene la misma actitud que Flynn en la primera película, niñato chulesco con ganas de vivir la vida más que atarse a algo en concreto. Son muchos los homenajes que encontramos, desde simplemente la puerta de ENCOM (y el comentario acerca de lo grande que es) hasta cosas más perceptibles como el local de Flynn. Parece como si realmente fuera el momento justo para que Tron: Legacy viera la luz.Tron: El legadoKosinski consigue lo impensable, que su película no es solo una magnífica continuación, si no que por momentos la sobrepasa. Por supuesto, los efectos especiales ayudan a esto, pero hablo desde un punto de vista más argumental (aunque las similitudes con Star Wars sobran en ocasiones). Tron Legacy tiene todos los ingredientes casi ocultos que hicieron a Tron tan especial, desde ese toque religioso hasta esa atmósfera cyberpunk. Tron: El legadoson maravillosos. Es cierto que parece que estemos viendo una sucesión de salvapantallas, pero ese es el mejor piropo posible para una película como Tron. Tron tiene que ser así, una delicia visual, y ya con ello hay mucha gente que se hubiera dado por satisfecha, pero además incluye una perfecta historia detrás, a la cual ni siquiera se le puede acusar de abusar de sitauciones sentimentaloides y pasteleo hormonado. Tron: El legado
Adaptación en clave de humor del clásico de la literatura china "Viaje al Oeste". En un mundo plagado de demonios, que causan sufrimientos indeseables a los humanos, un joven cazador de demonios llamado Xuan Zang, se arriesga por el bien común y conquista a un demonio-pez, un demonio-cerdo y al demonio de todos los demonios, Sun Wukong. Los toma como sus discípulos, y los cuatro se embarcan en un viaje hacia el Oeste plagado de obstáculos.
Contado a lo largo de varios años, parte de la guerra constante entre la policía y los imperios criminales que se extienden por Europa del Este, seguimos la vida de un joven, su infancia y adolescencia y, en última instancia, su descenso al inframundo criminal. Su camino pronto se cruza con un policía que no se detendrá ante nada para atraparlo.... PitbullCritica: una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Pitbull
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