De la mente del director Tim Burton ('Alicia en el país de las maravillas', 'La leyenda de Sleepy Hollow'), surge 'Frankenweenie', la tierna historia de un chico y su mascota. Cuando el pequeño perro Sparky fallece, Víctor (su amo y amigo) trata de usar diversas técnicas científicas para intentar revivir al animal, y traerlo de vuelta al mundo de los vivos, todo ello mediante algunos ajustes corporales. Aunque el chico intenta que nadie vea a su "monstruo", el perro Sparky consigue escapar, los amigos del colegio del niño, sus profesores e incluso todos sus vecinos sabrán que construir una nueva vida puede llegar a ser algo terrible y escalofriante. FrankenweenieCritica:La tierra rellenaba el hueco de una tumba cuya lápida e inscripción se estaban terminando de pulir… Tim Burton, algunos divisaban. La decepción de sus últimos trabajos parecía marcar la cita final en su lápida, pese a que incluso con la aparatosidad y artificio de sus obras más frustradas había recaudado lo suficiente para comprar todo el cementerio donde iba a ser enterrado. Todo estaba preparado. Todo… menos el cadáver… a la espera de confirmar la falta de pulso en “Frankenweenie”, su película terminal para ratificar el talento póstumo. Pero la vida parecía florecer cuando otros seguían echando arena, polvo y grava encima de su supuesto cadáver. Nadie ha filmado antes un largometraje en stop motion en blanco y negro, teniendo la posibilidad de realizarlo en color, y lanzándose al 3D. Nadie ha conseguido resarcirse gracias a la misma obra que causó su despido en el pasado y ser recibido con los brazos abiertos de su verdugo. FrankenweenieBurton ha rodado su personal “Ed Wood” animado, su nueva obra de culto desenterrando todo el cine fantástico clásico como si fuera el joven protagonista que hace sus propias películas, para buscar la pureza en la creación del cine. “Frankenweenie” nos trae de regreso a aquel chico de 26 años que hacía sus primeros cortos sin que el mundo alrededor entendiera sus experimentos. Entregada en una pasional y cadavérica bandeja de mortecina plata con una sentida reverencia a la figura de Vincent Price, proporcionada por Mr. Rzykruski, que nos revela el secreto del cine: en todo experimento el corazón también se considera una importante y vital variable. Mientras otros crean monstruos resucitando un pasado que murió hace tiempo, Burton al igual que Victor Frankenstien nos devuelve vida en estado puro y pura electricidad. “Frankenweenie” es la chispeante, vibrante y sentida emoción donde se utiliza New Holland y su letrero a lo Hollywood como campo de experiencias cinematográficas. Burton saca su guadaña para seccionar las partes del cine fantástico y de terror que le interesan y construir un monstruo lleno de espíritu. Las piezas encajan y se podría encumbrar una pila funeraria de referencias, amontonada sobre el talento propio del cineasta. Frankenweenie
Pedro, Kiko y David, tres amigos en sus treinta y tantos largos, viajan a Río de Janeiro para recoger el cuerpo sin vida de Mateo, su mejor amigo del instituto, quien ha muerto en extrañas circunstancias. Pero al llegar a Brasil nada es lo que parece. Mateo, “el muerto”, ha huido, su casa está patas arriba y una de sus ex-novias lo busca desesperadamente…
Mario y Olivia se enamoran locamente. Una tarde, planteándose que toda relación se acaba, terminan rompiendo. Durante la gran bronca, Miamor, el gato callejero adoptado por ambos y que sólo atiende si le hablan en valenciano, se escapa y desaparece, como el amor que los unía. Durante un tiempo Olivia dará por muerto al amor y al minino, mientras Mario lo mantiene con vida a escondidas. Como el gato de Schrödinger, el amor entre los dos permanece vivo y muerto al mismo tiempo hasta que, un buen día en el que parece haber resucitado definitivamente, Olivia se siente víctima de un engaño y decide declararle a Mario la guerra, una en la que, como en el amor que aún respira, todo puede valer.
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