Después de una primera cita increíble, la ardiente atracción de Bea y Ben se vuelve helada, hasta que se reencuentran inesperadamente en una boda en Australia. Entonces hacen lo que harían dos adultos maduros cualesquiera: pretender ser una pareja.
Mary Poppins es la niñera casi perfecta, con unas extraordinarias habilidades mágicas para convertir una tarea rutinaria en una aventura inolvidable y fantástica. Esta nueva secuela, vuelve para ayudar a la siguiente generación de la familia Banks a encontrar la alegría y la magia que faltan en sus vidas después de una trágica pérdida personal. La niñera viene acompañada de su amigo Jack, un optimista farolero que ayuda a llevar la luz -y la vida- a las calles de Londres.
Año 2019. Lincoln Seis-Eco y Jordan Dos-Delta se encuentran entre los cientos de residentes de una especie de campo de concentración. Dentro de ese lugar cuidadosamente vigilado, su vida cotidiana, como la de los demás, está rigurosamente controlada y llena de restricciones. La única salida -y la esperanza que todos comparten- consiste en ser elegidos para ir a "La isla", el único lugar del mundo que no ha sufrido los efectos contaminantes de un desastre ecológico que, al parecer, acabó con toda la humanidad, excepto los habitantes de esa zona. Lincoln, que vive atormentado por pesadillas inexplicables, se siente cada vez más inquieto, y su creciente curiosidad lo llevará a descubrir un terrible secreto.
Con la determinación de lograr el éxito profesional sin comprometer su ética, Lucy se embarca en un despiadado juego de superación contra su frío y eficiente némesis Joshua, una rivalidad que se complica por su creciente atracción por él.... Cariño, cuánto te odioCritica: apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Cariño, cuánto te odio
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