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Secuela del popular filme fantástico ruso "Guardianes de la noche" (2004). Ambientada en el Moscú de nuestros días, la historia gira en torno al conflicto y al equilibrio que vienen manteniendo las fuerzas de la luz y la oscuridad como consecuencia de una tregua establecida desde la Edad Media entre ambos bandos contrapuestos. Pero esta antigua guerra entre las fuerzas de la Luz y la Oscuridad está a punto de alcanzar un trágico resultado. Cada bando ha ganado para sí a un potente Gran Otro, el choque entre ambos se adivina inevitable y Anton Gorodetsky se ve envuelto una vez más en medio de todo este conflicto. Por un lado está el hijo de Anton, Egor, que se ha sumado a las filas de la Oscuridad, mientras que Svetlana, de la que Anton está enamorado, representa la esperanza de la Luz. Pero esto no es más que el comienzo de sus problemas...
Historia sobre un malhumorado anciano de 86 años, Irving Zisman (Johnny Knoxville), al que inesperadamente le encasquetan a su nieto de 8 años Billy (Jackson Nicoll). Las dos generaciones de folloneros pronto se sienten muy unidos al comenzar un increíble viaje por el corazón de Norteamérica, haciendo un montón de jugarretas y gamberradas a gente desprevenida de la vida real, que no tenían ni la más remota idea de que estaban interviniendo en una comedia de cámara oculta "verdaderamente escandalosa". Spin off de 'Jackass'. El abuelo sinvergüenzaCritica:Si se ha seguido un poco la carrera serial y cinematográfica de la pandilla Jackass, quedaba claro que eran unos idiotas. Esta película sin embargo, demuestra que en realidad son muy idiotas. Porque solo a unos descerebrados como Knoxville y compañía se les podría ocurrir una película de estas características, rodada toda ella como una gran buddy-movie con cámara oculta a base de encadenar gags más o menos graciosos, pero con el sello indiscutible del cazurrismo MTV que pulula por los cerebros (sí, algo de cerebro tienen, seguro) de sus integrantes. El abuelo sinvergüenzaCon la excusa de un abuelo (un Johnny Knoxville perfectamente caracterizado) sinvergüenza, viudo y salido, que tiene que llevar a su nieto a casa de su padre en otro estado, los ¿guionistas? montan una trama que se reduce a abuelo y nieto liándola a base de sketches de todo tipo (unos más garrulos que otros, aclaro en spoiler), mientras tratan de llegar con su coche destartalado, con poco dinero, y la abuela muerta en el maletero a casa del yerno, porque la madre del chico ha sido condenada a entrar en la cárcel.Hay que decir que el argumento es nulo, obviamente, y que los gags funcionan siempre y cuando Knoxville esté en pantalla, porque cuando se trata de gracias protagonizadas por el chaval, resultan un tanto aburridas (la broma de "tú eres mi nuevo padre" es un poco sinsustancia). Pero lo mejor, sin duda, es ver la expresión de la gente que asiste sin saber que son falsos tales esperpentos, y que no saben que están siendo grabados. Por un momento pensé que todo estaba acordado y que eran reacciones falsas (las del funeral son difíciles de creer, por ejemplo), pero como al final de la película están las tomas falsas, se descubre que, efectivamente todo era real y la gente no tenía ni idea de que estaban siendo grabados. El abuelo sinvergüenza
Alice (Kristen Bell), su hermano Paul (Ben Platt) y su siempre optimista madre (Allison Janney) viajan desde Estados Unidos hasta el Reino Unido para acudir a la boda de su media hermana Eloise (Cynthia Addai-Robinson) con la intención de retomar su relación como personas más o menos adultas y quererse como lo hacían antes.....The People We Hate at the WeddingCriticA: una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... The People We Hate at the Wedding
Un misterioso buen samaritano deja bolsas llenas de dinero en las puertas de las casas. La reportera neoyorquina Kate Bradley se propone descubrir su identidad y el objetivo que persigue. Sin embargo, será la vida de la periodista la que dé un gran giro.
King, un cachorro de león destinado al tráfico, se escapa del aeropuerto y se refugia en la casa de Inés, de 12 años, y Alex, de 15. Los hermanos tienen entonces la loca idea de llevárselo a casa, a África. Pero el seguimiento de los aduaneros no les facilita la vida. Cuando Max, su caprichoso abuelo, al que sólo han visto dos veces en su vida, se une a la aventura, todo se vuelve posible....King: Regreso a casaCritica: Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....King: Regreso a casa
El oso Briar no está contento con su vida y decide unirse al circo. Éste está dirigido por Hugo el Gorila y allí hace nuevos amigos y consigue sentirse plenamente feliz. Bramble, el hermano de Briar y sus amigos están desesperados por encontrarle y, por fin, lo localizan actuando una noche. El problema está en que Briar no quiere ser encontrado ni abandonar su nueva vida.
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