Victoria Spick, abogada penalista en pleno vacío sentimental, acude a una boda donde se encuentra con su amigo Vicent y Sam, un ex narcotraficante al que ella ha ayudado. Al día siguiente, Vincent es acusado de intento de asesinato por su compañera. El único testigo de la escena es el perro de la víctima. Victoria acepta a regañadientes defender a Vicent mientras que contrata a Sam de asistente personal. Esto es el comienzo de una serie de complicaciones para Victoria.
Belle Époque. El payaso Chocolat, el primer negro que trabajó en un circo francés, tuvo un enorme éxito a finales del siglo XIX. Fue también el primero en hacer publicidad, el que inspiró a otros artistas de la época como Toulouse Lautrec o a los hermanos Lumière participando en varias de sus primeras películas. Él y el payaso Foottit fueron pioneros en la creación de un dúo entre un payaso “Carablanca” y un payaso “Augusto” negro. Chocolat, cuyo nombre era Rafael Padilla, nació en Cuba hacia 1865 y, siendo un niño, se trasladó a Europa. En España trabajó como sirviente, limpiabotas y minero. El destino lo llevó a Francia a trabajar en el circo. Pasó de ser esclavo a ser un hombre libre, del circo al teatro, y del anonimato a la fama.
Si Nick Barrow puede mantenerse con vida durante 21 días, morirá feliz. Todo el mundo que Nick sabe lo quiere muerto; Jefes de la mafia, asesinos a sueldo y policías sucios. Interpretando el último acto de un hombre desesperado, Nick contrata una póliza de seguro de un millón de dólares, pagadera a su hija alejada. ¿El problema? La política no entra en vigencia por 21 días. Nick sabe que tendrán suerte de estar vivos durante veintiuna horas.
Una banda de expertos ladrones de bancos urde un arriesgado plan cuando un viejo colega los convence de robar un camión blindado que podría ser su mayor golpe.
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