Chile, 1976. Carmen se dirige a su casa de playa para supervisar su remodelación. Su esposo, hijos y nietos van y vienen durante las vacaciones de invierno. Cuando el cura de la familia le pide que cuide de un joven que él alberga en secreto, Carmen se adentra en territorios inexplorados, lejos de la vida tranquila a la que está acostumbrada....1976Critica: Después de veinte años de trabajar como actriz y colaborar en algunos guiones, la intérprete chilena Manuela Martelli alcanza por fin su objetivo de convertirse en directora de cine. 1976 es su primer largometraje y con él quiere hace un homenaje a mujeres como su abuela, que durante la dictadura de Pinochet procuraron paliar de algún modo los atropellos cometidos por el gobierno.Con la historia de su pariente y los testimonios de otras de las protagonistas, Martelli ha confeccionado el interesantísimo personaje de Carmen, la protagonista: mujer silenciosa y prudente, fumadora empedernida y con una incuestionable elegancia burguesa que, con la misma aparente calma con la que gobierna su casa, se va viendo inmersa en medio de una red de opositores y de represión policial.La interpretación de Aline Küppenheim es fundamental, ya que monopoliza prácticamente todos los planos del film en su papel de eje sobre el que pivotan las relaciones de su familia, el trabajo de los obreros, las actividades caritativas de la parroquia y, para colmo, el intrincado proceso de escapar de los milicos.Küppenheim transmite a la perfección el creciente tornado que se va formando en su interior al verse afectada su tediosa cotidianeidad por la sospecha de que su generosa ayuda al sacerdote se está convirtiendo en un peligroso juego clandestino. Imperturbable ante su familia y amigos, hace cómplices de sus temores a los espectadores mediante una acertada pero sutil gestualidad.Como puede intuirse por mis palabras, el rol de Carmen es lo más potente de la cinta, no sólo por sus características concretas y su loable intérprete, sino también porque representa a una parte de la sociedad chilena que, durante la dictadura, se debatía entre sus principios y el temor a perder la comodidad de su status.... 1976
La ocupada chocolatera Charlotte, ha dejado a su novio James en el altar tres veces y ahora ella necesita demostrarle que realmente quiere casarse con él. Las cosas se complican cuando la ex novia de James, Nicole, quien también es dueña de la revista Chocolate Monthly, llega a la escena y dice que quiere que él regrese con ella.
Narra la historia del paramédico William H. Pitsenbarger, que salvó él solo a más de 60 personas en la guerra del Vietnam, y de la investigación de un miembro del Pentágono, Scott Huffman (Sebastian Stan), que trabajó contra viendo y marea superando todos los obstáculos para que se honrara al médico con la medalla al valor.....Con todos los honoresCritica: No es en definitiva un film al estilo de "Rambo" ni de "Platoon" pero guarda ciertas similitudes con esta última al contarnos esta historia dramática y emotiva con rigor y valentía.Cuenta con una nómina de lujo entre sus actores principales, todos brillantes en sus papeles como veteranos. William Hurt, Christopher Plummer, Samuel L. Jackson, Bradley Whitford, Ed Harris, y el fallecido Peter Fonda .El director Todd Robinson sabe contar este duro relato con talento a pesar de que algunos críticos la consideren blanda o sensiblera, por ser una película que pone la mirada en los actos heroicos de soldados que lucharon en Vietnam.claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Con todos los honores
El fotógrafo de guerra W. Eugene Smith regresa a Japón a documentar los efectos devastadores del envenenamiento por mercurio en las comunidades costeras japonesas....El fotógrafo de MinamataCritica: Uno siente a veces que es un bicho raro, y es que cada vez es más frecuente que me gusten películas que la crítica profesional aborrece, y a la inversa. No sé qué habrá de "tinglado" en las reseñas que hacen algunos grandes medios de ciertas películas de estudios muy poderosos, que tienen que triunfar sí o sí, "por el bien de la industria". Está claro que nadie ha untado a los críticos en relación a esta película, y se han despachado a gusto.Pues a mí me gustó, y mucho, aunque vistas las críticas, tenía ya el listón bastante bajo. Me gustó de un modo natural, sin esfuerzo, acompañé a la película felizmente, disfrutando de ella. Es esta una película de gestos y personajes amables que se hacen querer. La cultura japonesa, tan formal, tan contenida, transpira, precisamente por esa contención, una emoción poderosa que la película sabe captar y aprovechar: hay un momento de la película en que, en el curso de una educadísima conversación entorno a una mesa, sentados en el suelo, en una humilde vivienda japonesa, el fotógrafo solicita tomar una foto de una enferma. El "no" que le dice la familia, me aceleró el pulso. Hay muchas cosas concentradas en ese "no". Y hay otros momentos parecidos, porque la película se infiltra en una cultura gobernada por el respeto al antagonista en un momento en que se ve forzada al conflicto.... El fotógrafo de Minamata
Greg está pasando el último año del instituto de la forma más anónima posible, evitando las interacciones sociales, mientras secretamente hace extrañas películas con Earl, su único amigo. Pero todo comenzará a cambiar cuando su madre le obliga a hacerse amigo de una compañera de clase con leucemia.Me and Earl and the Dying Girl Yo, él y RaquelCritica:Alguna vez os preguntasteis cuál sería el resultado de una película que aunara la chispa cómica de Edgar Wright, la extravagancia colorista de Wes Anderson y el cruel dramatismo de Clint Eastwood? Bueno, quizá nadie quisiese ver semejante filme pero la buena noticia es que tampoco hace falta. "Me and Earl and the dying girl" (o "Yo, él y Raquel" en nuestro idioma) es, sin lugar a duda, una de las mejores películas en lo que va de año -flaco halago- y con toda seguridad terminará en mi top 10 al final del mismo. El encargado de pulir semejante diamante es Alfonso Gómez Rejón mientras Thomas Mann, Olivia Cooke y RJ Cyler son los tres jóvenes protagonistas que le aportan el brillo y el carisma. La historia gira entorno a Greg, un adolescente inadaptado y acomplejado por sus autoimpuestas limitaciones que, en su último año de instituto, se encuentra ante la dantesca tarea de buscar su lugar en el mundo. Su amigo o colaborador -como Greg lo llama en la película- es Earl, con el que comparte una profunda pasión por los clásicos del cine. Todo en sus vidas es monótono y rutinario y nada ni nadie parece capaz de cambiar esto hasta que a Greg le obligan a visitar a una compañera de clase que padece leucemia. Yo, él y RaquelComo decía anteriormente, el director muestra valentía y desparpajo no solo a la hora de presentarnos a los personajes y llevarlos a situaciones donde estos puedan desarrollarse y conectar con el público, sino también insuflándole oxígeno con una estética particular que por momentos recuerda a Wes Anderson ("Gran Hotel Budapest"). Pero, no se dejen engañar por su inexperiencia porque Rejón tampoco se acobarda a la hora de mostrarnos el lado más oscuro y doloroso de la trama y aunque su esfuerzo por otorgarle mayor dramatismo del necesario a la cinta no resulta del todo convincente ni coherente, no se le puede achacar el hecho de querer ser lo mas fidedigno posible con la novela en la que se basa. La duración es razonable, ninguna escena se siente fuera de lugar ni divaga del argumento principal, está bien editada y contiene numerosos guiños al séptimo arte que caerán simpáticos entre los cinéfilos. Las actuaciones son sorprendentemente buenas y digo que me sorprende porque, pese a su juventud, ningún actor se queda rezagado, todos ocupan la pantalla de manera ecuánime. Cada integrante de este terceto protagonista tiene gran personalidad y magnetismo ante la cámara. Aunque su gran trabajo también es secundado por unos secundarios de lujo que, a su manera, enriquecen el conjunto y le añaden matices a la trama principal. El guión, basado en una novela del mismo título, sobresale en muchos aspectos y fracasa en otros. No digo que sea a partes iguales, porque lo positivo pesa más que lo negativo, pero sí resulta frustrante y decepcionante algunas de las decisiones que toma el guionista sobretodo llegado el tercer acto. La fotografía es original y juguetona con los planos y con la posición de la cámara. Yo, él y Raquel
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