En tiempos de guerra, una mujer milanesa forma una banda de marginados para organizar el complejo robo de un legendario tesoro de Benito Mussolini.... El robo a MussoliniCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... El robo a Mussolini
Alex es un chico común que intenta encajar entre los demás, pero también es especialmente inteligente y tiene habilidad para escalar muros o perseguir coches con la bicicleta. Lo que está a punto de descubrir es que toda su vida le han estado preparando para convertirse en espía....Alex RiderCritica: El prolífico y consolidado novelista y guionista británico Anthony Horowitz (1955) dio un salto cualitativo en su faceta de autor de novelas para adolescentes cuando en el 2000 inició la exitosa saga de este "little Bond" que a regañadientes se convierte en el más joven activo del MI6. Ya son doce las novelas y una versión en pantalla grande de la primera en el 2006 que no fue bien recibida por la taquilla.A lo mejor por ello la serie televisiva de Guy Burt ha decido hacer alguna referencia de paso al primer título y centrarse en el segundo "Point Blanc". La cosa mantiene unos estándares lo suficientemente dignos como para que se vea al menos con agrado. Otto Farrant se hace con el personaje por encima de un acompañamiento de secundarios que no le hacen sombra. Destacar sin embargo a Brenock O´Connor como su amigo fiel al que los guionistas, a mi juicio con acierto le han dado más protagonismo que en los libros.El resultado tiene potencial y capacidad de mejorar. Veremos.En las novelas originales, el protagonista tiene 14 años. Aquí tiene 17 como mínimo, pero eso, aunque le queita mucha gracia y frescura al argumento, tiene poca importancia. Lo malo es el tono lento, oscuro, de la trama, de los personajes, del complot malvado, que no despierta el más mínimo interés. Pero lo peor es que al final del primer episodio........Alex Rider
Cuando Andy se va de campamento dejando solos a los juguetes, Al McWhiggin, un compulsivo coleccionista de juguetes valiosos, secuestra a Woody. Buzz Lightyear y el resto de los juguetes de Andy deberán actuar con rapidez para rescatarlo, poniéndose al frente de una operación de rescate durante la cual se enfrentarán a múltiples peligros y divertidas situaciones. Toy Story 2Critica:Aún siento un gusanillo irresistible cuando paso frente al escaparate de una juguetería. La parte de mí que nunca creció sigue pirrándose por esas Barbies de brillantes cabellos largos, sonrisas perennes y lindos vestidos, por esos juegos de mesa que tantas horas de entretenimiento me regalaron, por esas casitas de muñecas con todos sus mueblecitos y accesorios en miniatura. Todavía siento el poderoso reclamo de las estanterías de esos centros comerciales y tiendas especializadas repletas hasta el techo de los mayores deseos de cualquier pequeñuelo. Noto el latigazo de la nostalgia, sabiendo que ya no tiene remedio, que ya me he hecho mayor y por lo tanto ese mundo está vetado para mí. Eso sí, no he podido resistirme al impulso de darme algún caprichito, discretamente, sin revelar que yo era la destinataria del juguete. Supongo que no soy la única, y que los empleados de esos comercios están acostumbrados a ver a adultos haciendo como que compran algo para un sobrinillo o un ahijado, y tal vez algunos sonríen para sus adentros con indulgencia mientras sus clientes pagan y piden que se los envuelvan para regalo, para disimular. Toy Story 2Siempre añoraré aquellos juguetes que ya no tengo, de los que tan sólo conservo unos cuantos peluches, pues los demás los regalé, los que seguían en buen estado, o tiré los pocos que se habían estropeado demasiado. Al igual que Andy, yo era cuidadosa con ellos, y me hicieron más feliz de lo que se puede contar. Por eso entiendo lo que se siente cuando se ve “Toy Story”, que no solamente es una saga de largometrajes de animación genial y preciosa para los pequeños, que se divertirán con ella; es además un estrujón al corazón adulto, a esa parte que nunca crece y que sabe perfectamente que continuará latiendo en un cuerpo de persona mayor. No se exagera con ese mensaje sobre los juguetes que ocupan un lugar privilegiado en el rango afectivo de los niños, que cobran vida, que reúnen en sí su pleno sentido y se granjean el cariño de sus dueños o dueñas mientras viajan con ellos a mundos interminables e increíbles. Woody, Buzz Lightyear, Mr. Potato, Rex, Slinky Dog y los demás son como aquellos valiosos juguetes que tuvimos, a los que quisimos, que tenían alma y sentimientos porque nosotros así lo creíamos. Toy Story 2
Mathias y Alexia son pareja desde hace años y por primera vez, él la engaña con Juliette, una organizadora de bodas. Cuando Alexia descubre una tarjeta de visita de Juliettte en el bolsillo de Mathias, ella pierde los nervios, tartamudea y ella se da cuenta enseguida de que hay algo sospechoso...
Un asesino a sueldo de clase mundial termina intercambiando identidades con un actor extra desafortunado durante un accidente.....Endgame – Robo de IdentidadCritica: esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Endgame – Robo de Identidad
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