Servidor | Idioma | Tamaño | Descargar |
---|---|---|---|
Utorrent | HDRip | 1.59 GB | Descargar |
Una madre busca escapar de su pasado abusivo mudándose a una nueva ciudad donde se hace amiga de otra madre, que empieza a sospechar de ella.
La comandante Niko Breckinridge (Katee Sackhoff) debe dirigir la primera misión interestelar de la humanidad en busca del planeta de origen de un misterioso artefacto alienígena que aterrizó en la Tierra, mientras que su marido (Justin Chatwin) intenta establecer contacto con él. "Otra vida" explora el milagro de la vida, lo valiosa que es en el universo y lo que estamos dispuestos a hacer para proteger a nuestros seres queridos.
Cuando Gabriela, una ejecutiva de San Francisco, gana un hotel en Nueva Zelanda, dejará atrás la vida en la ciudad para restaurar la propiedad con ayuda de Jake Taylor, un apuesto contratista. Amor en obrasCritica*Falling inn Love (Amor de Posada)Para que nadie pierda el tiempo y antes de comenzar con este pastelito rosa, totalmente repleto de calorías y grasas saturadas, solo les advierto y después decidan, que no es ni más ni menos (siendo benevolente), que cualquiera de las películas de sobremesa de los fines de semana, en cualquier canal en abierto, ahora suelen ser preferentemente, de origen teutón.Dicho queda y sigo.Chica americana, joven y guapa, en paro y sin pareja (lo del ex novio de la niña, es para que pase a los Anales del Cine), es agraciada (manda eggs), con un hotel en Nueva Zelanda.¿Sigo?El hotel está medio en ruinas, pero ello se afana en restaurarlo. Eso sí, previamente ha conocido al soltero de oro del lugar Jake (Adam Demos), que por un nuevo azar del destino, es contratista.No sabemos si estamos en Nueva Zelanda o en Disney World; todo el pueblo es maravilloso, desde el galán hasta la supuesta mala de la película.No faltan la pareja enamorada de gays, que la reciben con los brazos abiertos, el dueño del Bricomart que está loco con ella, porque en vez de Norman lo ha llamado Norm, la dueña del Vivero que parece su madre o su hermana y hasta una cabrita que se lleva la mitad de la película dando calor.Para que todo no sea felicidad, al pobre galán se le murió la novia hace tres años y además encuentran unas cartas de amor dentro de un tabique e investigan si pudo ser de la anterior dueña de la casa.Gotas de humor (se rompe un grifo, se cae una puerta o el chillido que pega la nueva dueña del hotel cada vez que ve a la cabrita), y sinceramente mejor me callo, porque me estoy conteniendo y bastante enfadado ando con los amigos de Netflix, a los cuales suelo defender a ultranza, pero queridos, lo defendible, no lo totalmente indefendible, que no soy espartano.*La afortunada y el contratistaGabriela, la afortunada, (Christina Milian), excelente cantante de R&B (para esto tenemos un experto en Cinemagavia, pero bueno, con tu permiso Fran); una especie de música jazz, movidita y con ritmo).Como sin con un par de participaciones intrascendentes en el cine, llega Mediaset y pone a Rosa López a interpretar la segunda parte de Love Story (1970), pero además, pasada por el filtro de Esta casa es una ruina (1986) y Bajo el sol de la Toscana (2003).Zapatera a tus zapatos, por Dios, que te llevas toda la película chillando, poniendo caritas y luciendo tipito. Pésima en la presunta parte cómica y horrible en la presunta parte dramática, al menos podías haber cantado algo, querida.Jake, el galán contratista (Adam Demos), actor australiano de televisión, su primer papel protagonista en una cinta; Lo siento, pero más de lo mismo y además este no canta, júzguenlo ustedes, le deseo lo mejor.*El que pasaba por allíEl director (Roger Kumble), estadounidense; guionista (no aquí), director de cine y dramaturgo.Con dos obras curiosas en su haber, o al menos no desdeñables; Crueles Intenciones (1999) y La cosa más dulce (2002).Un drama adolescente, con una maquiavélica apuesta y una simpática comedia, que se apartaba un poco de los cánones tradicionales.Querido, ni Netflix ni San Netflix, que no me creo, que no supieses a donde iba destinado, el medio engendro que estabas realizando. Amor en obrasCon un guion digno de Ed Wood en su peor momento, unos actores pésimos (córcholis, hasta los secundarios, solo se salva la cabra), un montaje hecho por tu peor enemigo, y lo peor de todo, querido, que consigues justo el efecto contrario que buscas, casi hacer llorar cuando pretendes hacer reír y viceversa.Y por Dios Roger, ¿No había más estereotipos que añadir a tu flamante cinta?.*ConclusiónHoy lo siento, queridos navegantes. No voy a recomendar que vean Amor en obras o Falling Inn Love (su título en Inglés). Hagan lo que estimen conveniente.Amor en obras es un despropósito de principio a fin, la presunta comicidad es nula y hasta absurda y la presunta parte dramática, la he visto mejor en Torrente (1998).Tirón de orejas y gordo a los últimos estrenos Netflix, ya sean producidos o distribuidos, no sé que ha pasado, pero parece que el capricho de Scorsese de 3 horitas y 160 millones de dólares, ha dejado las cabezas de los altos ejecutivos de la plataforma tan vacías como sus arcas. Amor en obras
Joe Dirt es un feliz hombre de familia que cuando se encuentra transportado al pasado, comienza un épico viaje para intentar volver con sus seres queridos al presente. Joe GuarroCritica:Secuela quince años después (y directa para vídeo demanda) de las ¿aventuras? de Joe Dirt ("La sucia historia de Joe guarro", 2001) que tiene la virtud de ser menos graciosa aun que que la primera entrega lo cual significa que garantiza una magnífica siesta al espectador. Además, tira mucho de referentes de la América profunda con lo que la desconexión es aun mayor con cualquier espectador que no tenga una brizna de heno colgada de la boca. Una secuela solo para fans (si es que los tiene) que utiliza los tópicos como viajes en el tiempo, etc para construir una floja historia destinada tan solo a cuatro momentos de lucimiento de David Spade donde apenas brilla ya su estrella (y pensar que ha aceptado la secuela por la presión de los fans...). Mejor pasad de largo, es un buen consejo, creedme. Joe GuarroPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Joe GuarroEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Joe Guarro
Recorre la vida de Doroteo Arango, Francisco Villa, desde su inicio en el bandidaje siendo muy joven, hasta su muerte en una emboscada, y retrata al Villa oscuro, desde que era un vándalo, su personalidad controversial que lo llevó a ser el general Pancho Villa, el Centauro del Norte y sus Dorados, el antihéroe que se redime, en parte ficción que el mismo abonó y su papel en la historia de la Revolución. Villa generó odio y amor, desprecio y respeto.
David es un chico de 18 años que vive feliz con la familia que le adoptó cuando era un bebé. Su cómodo mundo se pone patas arriba cuando, inesperadamente, su madre biológica expresa su deseo de conocerlo. Con el aliento de sus padres adoptivos, David se embarca en un viaje de descubrimiento que le conduce a una asombrosa verdad sobre su pasado.
No volver a mostrar