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Madrid, 2020. Durante el confinamiento Diego, un actor en paro de 35 años, secuestra a Sara, estudiante de derecho de 20, que pasaba por su calle. Su gran propósito es que ella sea su anhelado público y que al mismo tiempo le dé la réplica en un entorno de completo aislamiento.
Fabián Brando y Florencia Córmik son actores. El es el más renombrado del país y ella es una completa desconocida. Durante el rodaje de un film inician un fogoso romance que, casi sin noviazgo mediante, termina en casamiento. Durante la luna de miel Florencia se da cuenta de que se casó con un idiota irrecuperable. Cuando Fabián se entera lo que ella piensa de él, idea un plan que sólo podrá llevar a cabo con la ayuda del guionista de sus películas más exitosas. Me casé con un boludoCritica:Muchachos le erraron con el titulo de la película. Boludo en Argentina es alguien que es demasiado ingenuo, o tonto, o que es blanco fácil de engaños, o que se la pasa hablando cosas que a nadie le interesan. Pero el personaje de Suar no tiene nada de esto. Su mujer lo considera boludo porque es demasiado egocéntrico, o sea nada que ver.... Han intentado poner un título a la película que sirva de gancho para atraer gente a verla. O sea que los que le pusieron el título no son ningunos boludos... Más allá de esto la película es previsible, y Suar hace siempre el mismo papel. Le pongo 2 puntos porque me hizo reír 2 veces. boludoEs el comercial de Chevrolet Camaro más largo de la historia. Y un lindo capítulo de alguno de los tantos programas de arquitectura y decoración. Los protagonistas son cómicos...un rato. Después cansan. Ella por momentos habla y gesticula como Susana Giménez, la archifamosa actriz y conductora argentina, y eso, le quita valor a su trabajo, le hace perder autenticidad a su actuación. La presencia de conocidos faranduleros y gente del espectáculo haciendo de sí mismos es un viejo recurso que atrae a cierto público que encuentra identificarse con ese mundillo que ve a diario en la pantalla. Me gustó la canción, es vieja, pero la versión de Vicentico creo que suena bien. Si me pidieran consejo no es una película que recomendaría. boludo
Cuando se produce un ataque contra el cuartel general de Kingsman y un nuevo villano se levanta, Eggsy y Merlin se ven obligados a trabajar junto con la agencia americana conocida como el Statesman para salvar al mundo. Kingsman: The Golden Circle KingsmanCritica:Hay una tónica que va escrita a fuego con Kingsman desde su primera entrega: el humor y la exageración. Como no podía ser distinto, Matthew Vaughn ha cogido de nuevo los personajes de Dave Gibbons y Mark Millar y ha creado una gamberra, extralimitada y divertida película de agentes secretos y acción.Acción cuyas escenas, precisamente, ocupan el grueso cualitativo de 'Kingsman: El círculo de oro', siendo las mismas auténticas coreografías repletas de sangre, fuegos artificiales e inverosímiles maneras de disparar y matar. Una oda a todas aquellas contiendas imaginadas entre buenos y malos en un mundo donde los planes del villano principal entran más dentro de lo absurdo que del tópico de la dominación mundial. En este punto del villano hay que sobresaltar la actuación de Julianne Moore, quien lejos de un registro cotidiano para ella, nos regala una mala malísima tan loca como divertida.Es un gran espectáculo al servicio de la diversión para el espectador, contando con excepcionales momentos protagonizados por Taron Egerton y Colin Firth; un Pedro Pascal ambicioso en su interpretación y con Mark Strong, Jeff Bridges y Halle Berry acompañando de manera magnífica a los principales. Si bien echamos en falta algo más de Tatum.Aún así 'Kingsman: El círculo de oro' es una ingeniosa, atractiva y capaz película dispuesta a dejarte boquiabierto y que mezcla los mayores tópicos con las más ingeniosas situaciones. El cine de agentes secretos puede ser serio, pero Matthew Vaughn y compañía han conseguido una vuelta de tuerca y han dejado en el espectador más ganas de esto que es Kingman: gamberrismo, exageración y diversión. Kingsman
En el difícil camino a la sobriedad después de un accidente, John Callahan descubre el restaurador poder del arte, llevando a sus manos heridas a dibujar caricaturas cómicas, las cuales le traen una nueva perspectiva sobre la vida.
Podría parecer que esta es la última película sobre las aventuras de dos compañeros policía, pero hay un problema, ninguno de los dos lo es. Cuando los dos amigos se disfrazan de agentes de la ley para una fiesta de disfraces se convierten en la sensación del barrio. Al ver el inmenso poder que les ofrecen estos uniformes los dos compañeros deciden aprovecharse al máximo de esta nueva situación de autoridad. Pero cuando estos dos héroes de nuevo cuño se ven enredados en una trama mafiosa de la vida real deberán decidir si poner sus placas falsas en acción o faltar a su deber como falsos policías. Let's Be Cops Agentes del desordenCritica:Arranca como una trivial introducción en el mundo del capitalismo; dos mindundis son repelidos por el sistema y están condenados al desprecio y a la marginación social, son ninguneados en sus puestos de trabajo, de baja autoestima y con una propensión a salir mal parados de todo tipo de situaciones vitales que se les presenta por delante: dos fracasados en toda regla. Hasta que de repente les da por usar dos disfraces de policía muy reales, para hacerse pasar por agentes de la ley e ir por la ciudad en busca de aventuras. Agentes del desordenLo que puede dar lugar a un entretenimiento verdaderamente hilarante en la mente de uno, es en realidad una agonía camuflada tras una idea que convence por mera inercia, pero que no se sostiene por puro patetismo que presenta la realización. Desarrollo lamentable, ineptitud en la dirección. El resultado es un descafeinado divertimiento que dejará a muchos insatisfechos debido a la renuncia del empleo de un humor más gamberro y desmedido, y por consiguiente (aunque no lo parezca) unas cinco veces más inteligente. Agentes del desordenEl personaje de Damon Wayans Jr., simplemente me irrita, no para de cortarle el rollo al otro, comiéndole el tarro sin para un solo instante, convirtiéndose en una verdadera pesadilla. Apreciar sus esquizofrénicos brotes... me saca de quicio. Pero no, que eso es lo que supuestamente es divertido. El feeling entre los protagonistas es nulo, todos los secundarios están mil veces mejor (algo bueno tenía que tener la película, sí sí, es curioso), y en líneas generales, la película en sí es una idiotez de dimensiones desproporcionadas. Pero no en el buen sentido, el que uno asocia a una diversión disparatada, sino en el del frikismo yanki más absoluto. Agentes del desordenEl final, como no, made in Hollywood, moralina hipertrofiada en medio de un desenlace patético y cobarde, sin sentido alguno y blando e insulso como la película sola. Por un momento hasta parece bueno, ya sabéis, esa fórmula con la que se les da tan bien agitar las conciencias de la peña y esta salga contentos del cine después de haber presenciado hora y cuarenta y cinco minutos de mierda, pero aquí no. En otra película de mayor criterio y que presente un mayor grado de amor propio que evite, al menos, de incurrir en ser objeto de vergüenza ajena, hubiera quedado bien; si la película me hubiese pareciedo buena a mí también me convencería ese tipo de final, pero aquí sí que se han columpiado. De tal modo que lo único que aciertas a decir es: "Vaya mierda. Venga, ¿y qué más? Jajajaja, que puta mierda" Luego, como de costumbre están los créditos, que son los que encierran el material gracioso de la película. Asi que esa es la estrategia, ¿no? Hacer una mierda de película, con un final repleto de falsa moral y hacer unos créditos en teoría graciosos, pero que en realidad sean objeto de puro estúpido, una vez más. Así ahorramos en dinero y en ingenio, no pensamos, le damos al piloto au tomático y emitimos la bazofia que salga. Joder, yo con 15 años concebiría una película mejor, más divertida. Inútiles... Ponen a retrasados a cargo y pasa lo que pasa. Dadle un boli a un mono y ya tenemos la secuela. Agentes del desorden
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