Servidor | Idioma | Tamaño | Descargar |
---|---|---|---|
Utorrent | HDTV 720p | 1.49 GB | Descargar |
Servidor | Idioma | Tamaño | Ver Online |
---|
Una poderosa hechicera atrapada en el cuerpo de una mujer ciega se encuentra con un integrante de una prestigiosa familia, que necesita su ayuda para cambiar su destino.
El criminal más buscado del mundo, Thomas Raymond Reddington (James Spader), se entrega misteriosamente y se ofrece a delatar a todos los que alguna vez han colaborado con él. Su única condición: sólo colaborará con Elisabeth Keen (Megan Boone), una nueva agente del FBI, con quien parece tener alguna conexión que ella desconoce.
Crónica sobre la adicción a la metanfetamina y el intento de recuperación y de salir de las drogas a través de los ojos de un padre que observa a su hijo mientras lucha contra la enfermedad de la drogodependencia.
The Spirit es la historia de Denny Colt, un policía que fue asesinado y que misteriosamente vuelve a la vida como el enmascarado luchador contra el crimen llamado Spirit. Determinado a mantener a su amada Central City a salvo, Spirit persigue a los villanos de Central City desde las sombras y busca terminar con el peor de todos ellos: el psicótico megalómano conocido como Octopus. A pesar de lo ocupado que lo mantiene esta misión, el deslumbrante guerrero siempre se las arregla para tener tiempo para las bellas mujeres, aunque nunca está seguro de si ellas quieren seducirlo, amarlo o matarlo. Pero hay una dama que nunca lo traicionará y a la que siempre será fiel: Central City, la vieja y orgullosa metrópoli donde nació… dos veces.
Su argumento gira en torno a Richard Dane, un hombre que dispara y mata a un ladrón que estaba armado y que había entrado en su hogar. Aunque parece un claro caso de legítima defensa, el padre del fallecido no opina lo mismo, de ahí que ahora quiera acabar con la vida de Dane.Cold in July Crueldad necesariaCritica:Lo que sorprende de esta película, es que cuando estas disfrutando con una historia de venganza bien elaborada y que sabe cómo mantener al espectador atado a la pantalla, te regala un giro total y empiezas a ver otra película totalmente distinta, manteniendo toda su calidad. Tal vez esta sea un arma de doble filo, ya que si estas disfrutando de su primera hora que te hagan un giro tan bestia puede no sentar bien a todo el mundo.El gran paso en falso de este film es sin duda el personaje que se introduce para la segunda parte de la historia, aunque interpretado con maestría brutal por parte del maestro Don Johnson, rompe bastante los esquemas, ya que estamos ante una propuesta muy oscura y violenta pero este personaje, es un sureño cargado de chascarrillos ingeniosos para cada una de sus apariciones y le quita bastante peso a algunas de las escenas duras. Es una lástima ya que como he dicho el personaje no es que sea malo, la verdad es que está muy conseguido, pero no encaja para nada con Cold in July. Crueldad necesariaUn estruendo en el comedor despierta a una pareja que dormía plácidamente, el marido sorprende al ladrón y en un momento de incertidumbre acaba con su vida. La noticia corre como la pólvora por todo el pueblo, y pronto llegará a sus oídos que el padre del asaltante acaba de salir de la cárcel y clama venganza por la muerte de su hijo.La atmósfera que nos ofrece el director Jim Mickle, recuerda mucho a su anterior trabajo We Are What We Are, oscura y pesimista. El guión es un trabajo compartido entre el propio director, junto a Nick Damici basándose en la novela de Joe R. Lansdale y realmente he quedado encantado con esa forma de partir la cinta en dos partes tan diferenciadas. Crueldad necesaria
Un buen día, la señorita Shepherd (Maggie Smith), una mujer de orígenes inciertos, aparca su furgoneta en una acera de Londres, en el acceso a la casa del escritor Alan Bennett (Alex Jennings). Lo que al principio iba a ser algo temporal, un favor a regañadientes, se acaba convirtiendo en una relación que cambiará las vidas de ambos. Y es que la señorita Shepherd se quedó a vivir allí durante 15 años. The Lady in the VanCritica:Vi hace muchos años, en Londres, esta obra de Alan Bennett llevada al teatro e interpretada también entonces por la incombustible Maggie Smith. No me pareció gran cosa, muy británica, con un fino humor que no acababa de cuajar y algo monocorde. Ahora nos llega su adaptación al cine, trasladada por su autor e interpretada por la actriz que la hizo triunfar sobre los escenarios. Y la sensación que me deja es análoga: no traspasa las limitaciones de su mínima premisa argumental, que ni evoluciona ni cambia, solo se repite desganada y exangüe durante un metraje excesivo. Se supone que es un estudio de caracteres, pero cuando éstos tienen tan poco interés como sus casi dos únicos protagonistas, se hace difícil aguantar en la butaca sin desear que algo cambie o se acelere con algún imprevisto o al menos el texto proporcione algunas frases memorables… Una dama sobre ruedasPero todo es demasiado anodino, plano, irónico pero sin garra ni dirección, deslavazado, una serie de anécdotas encadenadas que apenas trascienden más allá de su ocre y desvaída inocencia. Es como asistir a la escritura del diario de un escritor sin una vida sugestiva digna de tal nombre y que se conforma con reproducir sucesos y chascarrillos deshilvanados con el deseo que la mera acumulación teja por sí misma un tapiz que alberge algún tesoro del devenir cotidiano de la acomodada burguesía londinense. Pero por mucha buena voluntad que se le ponga, el material es parco en sucesos dignos de tal nombre, se desarrolla con premiosa tozudez que acaba por agotar. Una dama sobre ruedasHay algunos logros que resultan originales, como el desdoblamiento del protagonista en dos personajes, interpretados por el mismo actor: por una parte el laborioso escritor y por otra el insípido y reprimido ciudadano que malvive su vida estéril entre convenciones y banalidades. O también la interpretación de la luminosa Maggie Smith encarnando una existencia opaca, delirante y azotada por un senti Una dama sobre ruedasmiento de culpa que la atenaza y atormenta desde hace décadas. Pero es poco bagaje para soportar un largometraje que no despega nunca y se mantiene en una corrección insulsa y epidérmica, carente de trascendencia o de pasión. Una dama sobre ruedas
No volver a mostrar