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La película se centra en un viudo y su hijo de 17 años de edad, quienes tienen la esperanza de dar sentido a sus vidas tras un trágico suceso. Para ello se trasladan a una pequeña localidad del norte de California, donde iniciarán una nueva vida con un nuevo trabajo, un nuevo instituto, un viejo e irónico amigo y sobre todo dos extraordinarias mujeres que podrían ser el detonante para cambiar sus vidas. BachelorsCritica:El rubro de "comedia dramática" no le encaja bien a esta película ya que como comedia no hace reír a nadie y como drama no conmueve. Quizá habría que hacer un nuevo rubro llamado "insulso" o "pasatista", donde encajaría perfectamente. Al margen de esto, muestra una vez más cómo la medicina yanqui no ha avanzado ni un ápice desde hace 150 años, tratando a las depresiones con chalecos de fuerza (en este caso chalecos químicos) y electroshocks. El cartel de este film debería llevar la advertencia: "Ver sólo en caso de extremo aburrimiento y si no hay otro programa disponible". BachelorsPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado.Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.
Un experto en robótica se involucra en un plan de asesinato cuando su aventura con una mujer da un giro inesperado. Pero nada, ni siquiera la muerte, es lo que parece.... Monica, O My DarlingCritica: que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Monica, O My Darling
Después de que un gobernador emita una orden ejecutiva para arrestar a los hijos de inmigrantes indocumentados, a los jóvenes detenidos se les ofrece la oportunidad de que se les retiren los cargos ofreciéndose como voluntarios para cuidar a los ancianos. Sin embargo, una vez dentro del centro de cuidado de ancianos, descubren más secretos retorcidos de los que podrían haber imaginado.....Masacre americanaCritica: El Tráiler cuenta demasiado:Cinta recomendada por mi colega Wolf y que me ha gustado bastante. Dirigida por Diego Hallivis (Curvature), director por el momento poco conocido –y reconocido-. En este caso lo peor es que le cuesta arrancar y eso que lo hace con un poco de humor «negro», al que le resulta difícil enganchar. El guion es del mismo director y mezcla varios temas muy de moda hoy en día. En el cartel promocional podemos observar a Jenna Ortega, que para mí es un poco Drew Barrymore en Scream, es decir, un «cebo publicitario» ya que ella no aparece hasta pasada casi la primera media hora. No es la primera vez que nos hacen eso con esta actriz. En X o en la misma Scream ya lo utilizaron. También sale en el cartel el doctor guapetón de Anatomía de Grey (Eric Dane), al que hemos podido ver últimamente en otras producciones como Euphoria. El resto del elenco son caras casi desconocidas. A Jorge Lenderborg sí lo reconocemos de Bumblebee, Alita: Ángel de combate, Spider-Man: Lejos de casa o Fauces de la noche. Él es el protagonista indiscutible.La historia es ficción, aunque tal y como está el mundo no es difícil imaginar que toda esta delírate narrativa pueda algún día pasar realmente. Si sale algo en las noticias me lo creería al instante.Tiene momentos divertidos, sangre suficiente, efectos especiales que mezclan el ordenador con lo artesanal. El maquillaje es impresionante (en esto no estoy de acuerdo con mi compi). Pero sí es verdad que hay momentos que chirrían (zona spoiler)..... Masacre americana
Un padre (Sandler) que pretende controlar la inminente boda de su hijo (Samberg) se muda a vivir con él y su novia (Meester). That's My Boy Ese es mi hijoCritica:Hay películas que se mueven cuidadosamente en la frontera entre la gamberrada y el mal gusto, mezclando equilibradamente chistes/sketches cerdos con gags más suaves, y películas tan profundamente escatológicas que ven esa frontera muy, muy a lo lejos… casi un punto más que una línea. Esta “Desmadre de Padre” es una de ellas, tan desatadamente obscena y tan despojada de cualquier clase de tapujo, que hasta se ve con cierto agrado. Puede que reconozcas que la has visto, jamás reconocerás que te has reído y mucho menos que te ha gustado... pero ¿a que una vez empezada cuesta dejar de verla? Ese es mi hijoTodos sabemos que a Adam Sandler el mal gusto le viene de serie, lo lleva grabado a fuego en el ADN. Si pudiésemos conectar su enfermo cerebro a un proyector veríamos animales cagando, carreras de gordos sudorosos en bici, monos follando, niños humillando al gafitas de la clase, gente descojonada viendo peleas de vagabundos y toda clase de porno asqueroso. Como es imposible contener tamaña cantidad de mierda en la cabeza, desde que Sandler es estrella y sus películas giran total y absolutamente en torno a su egocéntrica figura, todas sus obras han ido conteniendo dosis de su mente calenturienta (una humillación a su compañero gordo por aquí, un cuesco con regalo por allá….) en mayor o menor medida a modo de válvula de escape. Creo que no hay ni tres películas de Adam Sandler medianamente aceptadas por la crítica… y la última de ellas fue “Spanglish” hace más de diez años, la última vez que se ciñó a un papel decente sin ser él mismo. De un tiempo a esta parte su obra ha sido crucificada por la crítica y abandonada por un público harto de ver siempre lo mismo y que no paga una entrada para ver chistes malos culminados por un tartazo, cine presuntamente familiar con ramalazos escatológicos o parodias de baja estofa. Ese es mi hijo
Un joven aspirante a héroe y fan de los superhéroes desata sin querer a un nuevo y poderoso villano que quiere librar al mundo de los Vengadores.
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