100 metros

Continúa contando las hilarantes aventuras de uno de los mamíferos favoritos de la prehistoria. Tras un distanciamiento con su hermana mayor, Ellie, los hermanos Crash y Eddie parten a la búsqueda de un lugar propio, pero rápidamente acaban atrapados en una caverna subterránea. El aventurero Buck Wild acudirá a su rescate y juntos, tendrán que enfrentarse a los dinosaurios del Mundo Perdido..La era de hielo: Las aventuras de BuckCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... La era de hielo: Las aventuras de Buck

Dre Parker (Jaden Smith) podría haber sido el más popular en Detroit, pero la carrera profesional de su madre (Taraji P. Henson) los lleva a ambos a China. Allí logra hacer conexión con su compañera de clase Mei Ying y el sentimiento es mutuo, hasta que las diferencias culturales hacen que su amistad sea imposible. Para que la situación empeore, Dre se consigue un enemigo, el peleonero de la clase, Cheng. Dre no tiene amigos a quién acudir, excepto el encargado de mantenimiento, el Sr. Han (Jackie Chan).The Karate Kid Karate KidCritica:Y no solamente decente, es que, además, entretiene. El gran acierto de este remake es sin duda que Jaden Smith no sea el típico adolescente de 17 años chulito y creído, es un niño al que le pegan una paliza tremenda nada más llegar a China, tu empatía con él es total. A esto le sumamos que Jackie Chan no solamente está bien en su papel, es que lo borda sin sobreactuaciones o tonterias de esas y teniendo química y grandes momentos junto a Smith. Mención especial también para la madre del protagonista que, aún siendo una pesada de narices, logra arrancarte más de una sonrisa. Karate KidPuede que le sobren minutos (dura más de dos horas) y que a veces se quiera poner demasiado profunda o dramática pero es un gran entretenimiento que no toma por tonto al espectador. Disfrutable para todas las edades, con unos protagonistas que caen bien y, por supuesto, unas escenas de lucha realmente logradas sobretodo en su parte final. Es un producto blanco, entretenido, no demasiado infantil y que logra su objetivo. Comparándola con otras muchas que llegan a menudo a nuestras carteleras y con otros infames remakes, "The Karate Kid" (que debería llevar por título Kun Fu Kid) es una de las sorpresas del año. Karate Kid

Mariana, una joven locuaz y divertida, tiene la oportunidad de ser enviada a estudiar a la universidad gracias a la caridad de un benefactor (Sugar daddy?) que patrocina el orfanato municipal de la ciudad. Junto a sus compañeros, harán una historia de enredos, pero amorosa a la vez. Una montaña rusa de emociones, amistades disfuncionales y escenas disparadas acompañan a esta comedia pícara y divertida....Sugar en aprietosCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Sugar en aprietos

En 1934, Carlos Gardel y Frank Sinatra se encerraron en un camerino de Nueva York. ¿Será verdad?....Cuando Frank conoció a CarlitosCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....Cuando Frank conoció a Carlitos